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Destino romántico para San Valentín Islas Jónicas

Ante la llegada de la fecha más romántica del calendario, el 14 de febrero, son muchos los que se plantean hacer un regalo a su pareja o persona favorita

 De hecho, el 52% de los consumidores españoles celebrará esta cita "de alguna forma", tal y como revela una encuesta de la Asociación Española de Consumidores. Casi el 70% de ellos se decantará por servicios de hostelería, una opción a la que le siguen flores, joyas o ropa, libros o discos.

Sin embargo, esta fecha puede suponer una oportunidad única para dejar a esa persona con la boca abierta regalándole un viaje por algunas de las ciudades más románticas de Europa. Evaneos, plataforma especializada en viajes responsables a medida, recomienda cinco destinos para visitar en San Valentín, descubrir las espectaculares historias de amor que se enredan en sus calles y pasearlos sin prisa.

Verona (Italia). Es quizás una de las ciudades europeas más románticas del mapa, donde Shakespeare situó la historia de Romeo y Julieta, y donde no dejan de acumularse cartas de amor en la entrada de la casa de Julieta. Este palacio señorial de origen medieval, hoy reconvertido en museo, es el monumento más visitado de la ciudad italiana. Y el Ayuntamiento tiene que retirar las cartas dos veces al año: una en la víspera de San Valentín y otra cada 17 de septiembre, fecha del nacimiento de Julieta.

La Piazza Bra es el mejor punto de partida para comenzar un paseo tranquilo por Verona, según las recomendaciones de los agentes locales colaboradores de Evaneos. Su anfiteatro romano, construido en el año 30 d.C. es de visita obligada, como también adentrarse en el corazón de la parte medieval, con la Piazza delle Erbe y la Piazza di Signori como protagonistas. Las vistas desde el Castel San Pietro son imprescindibles, así como una escapada de un día al Lago di Garda para desconectar del mundo por completo rodeado de paisajes increíbles.

Copenhague (Dinamarca). Esta ciudad se puede recorrer fácilmente en bicicleta, por lo que hay que aprovechar para practicar la filosofía slow travel y apreciar todas las maravillas que ofrece al visitante. La historia de amor de esta ciudad está centrada en una figura de poco más de un metro de altura y de unos 180 kilos de peso, La Sirenita, que se encuentra sentada sobre unas rocas en el Parque Langelinie, en el puerto de la ciudad mirando con nostalgia al mar Báltico tras haber renunciado a él por un amor imposible.

La Sirenita de Copenhague

Pero la ciudad danesa cuenta con otros atractivos para el viajero, como pasear por los canales del barrio de Christianshavn (de ahí su apodo de "la Venecia del Norte") o por las calles peatonales del centro de la ciudad. Entre las recomendaciones para visitar cerca de la capital, los expertos locales citan Elsinore, ubicada al norte, de ambiente tranquilo y alejada del turismo de masas, y Skagen, un pequeño pueblo con casas de ladrillo rojo y playas de arena blanca que crean una estampa única e inolvidable.

Islas Jónicas (Grecia). Este destino cuenta con todo lo necesario para desconectar de la rutina y las prisas cerca de casa y en un entorno romántico de sol, cielo, mar y unos atardeceres irrepetibles. Las islas griegas pueden resultar muy poco idílicas si se visitan en temporada alta. Por eso proponemos establecer la base del viaje en Paxos, una de las islas Jónicas que surge de las olas a unos 15 kilómetros al sur de Corfú y que es la joya del archipiélago.

Sus 10 kilómetros de largo son de una belleza sin igual. Merece la pena acercarse a los acantilados para contemplar los colores azul turquesa y esmeralda del mar, y también explorar las múltiples cuevas marinas. Una de las excursiones obligadas es la visita a la vecina Antipaxos: el viajero deseará quedarse a vivir en sus paradisíacas playas, por qué no, acompañado de la lectura de la historia de amor mítica entre Ulises y Penélope.

Dublín (Irlanda). Irlanda es el escenario de otra de las leyendas de amor inolvidables: la de Tristán e Isolda. Si quieres recordar su historia, nada mejor que comenzar un recorrido de unos cinco días por Dublín, la capital, y los Acantilados de Moher y Glendalough, unos de los rincones más espectaculares de la zona.

Visita obligada en este viaje es el Castillo del Rey Juan, uno de los más impresionantes del país, ubicado en la ciudad de Limerick, a orillas del río Shannon. Y para perderte entre leyendas nada mejor que terminar la experiencia con una visita al Valle de Glendalough y su ciudad del mismo nombre, que data del siglo VI y está plagada de impresionantes ruinas.

La Gomera (España). Elegida en estas recomendaciones por no ser ni la más conocida ni la más visitada de las Islas Canarias. Como tan poco conocida pero igual de romántica y trágica que las anteriores es la historia de Gara y Jonay, que transcurre entre el Parque Nacional de Garajonay y el Silbo Gomero, una forma de comunicarse entre sus habitantes parecida a la de los pájaros y difícil de olvidar una vez que se escucha.

El parque, catalogado por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad, cuenta con un bosque de laurisilva considerado una joya con millones de años de antigüedad. La zona de Los Órganos supone otra experiencia inolvidable para el viajero por su similitud con los tubos de un órgano de una iglesia. Y todo en un ambiente tranquilo, alejado del turismo masificado de otras islas y con unas playas para quedarse a vivir.
Si ya has elegido con cuál de estos cinco destinos te quedas, prepárate para vivir una escapada diferente, alejada del turismo de masas, para saborear y disfrutar con calma.

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