En África, el país Dogón de Mali mantiene inalterablemente tradiciones milenarias.
El baobab es un árbol de mucha simbología para el pueblo Dogón. Desde tiempos inmemoriales ha sido utilizado para diferentes usos. Cada tres años van cortando parte del árbol. Con la corteza que extraen elaboran cuerdas.
También obtienen hilos para hacer alfombras. Cuando empiezan a caer las hojas, la población inicia su recogida para conducirlas hasta un gran almacén comunitario, para posteriormente ser picadas en los molinos. Con la pasta que consiguen, después elaborarán una salsa que acostumbran añadir a los platos de mijo.
Los ciudadanos del País Dogón (Mali) tienen la tradición de comer diariamente esta salsa. Los frutos que da el baobab le denominan piña de mono, con los que preparan en su cocina una sopa de mijo. Es un árbol que se aprovecha todo; el tronco, las hojas y las frutas. Cada baobab tiene un propietario, que no obligatoriamente coincide con el regente el huerto donde se encuentra. Éste es el único que tiene derecho a disfrutar de lo que produce el emblemático y adorado árbol de los dogones.
La Mesa de la Adivinación
Cada uno de los pueblos del País Dogón tiene lo que se conoce como Mesa de la Adivinación. La persona que tiene un problema acude al hechicero para consultar sobre éste. Una vez sabedor, prepara esta mesa, marcando unas huellas en este lugar situado en un espacio de tierra del poblado, y lo hace con cacahuetes y una sopa con mijo. El hechicero se retira por la noche esperando que pase por la mesa el chacal. Cuando ya ha pasado éste mira en que parte ha dejado las huellas, y según donde las haya situado, dictaminará el hechicero.
Danza de los Dogones
Los dogones celebran tradicionalmente un espectáculo de música de percusión y danza que se repite cada 10 años. Las máscaras que lucen están vinculadas a los muertos. Danzan como final del duelo. El baile está destinado a honorar el alma del que ha fallecido durante el intervalo de tiempo entre representación y representación. Cada joven de 14 a 45 años del pueblo trabaja a lo largo de 3 meses su propia máscara e indumentaria para poder bailar.
También, cada 60 años, los dogones celebran otra gran fiesta general, es la fiesta del Sidi. Todo el pueblo tiene la obligación de bailar, salvo las mujeres. No obstante, la mujer fue la que descubrió la danza, y el hombre se la hizo suya, recogiendo el poder, sin tener derecho, desde entonces, a bailar. Excepcionalmente, sí puede hacerlo la dama que ha nacido durante el periodo del Sidi. La tradición viene de los sidios que lo ofrecieron a los dogones cuando los visitaron en algún momento de la historia. Las nacidas durante este año, son consideras mujeres superiores
La Mesquita de Djenné
Djenné tiene la peculiaridad de contar con su mezquita construida en el siglo XIII. Durante este periodo de tiempo su gente no practicaba la religión musulmana. En este siglo hubo un conquistador musulmán que viendo que sus ciudadanos no la practicaban, la quiso destruir. Sabiendo que estaba prohibido por el Corán, quiso cerrar la salida de aguas fluviales con lo cual cuando llegaron las lluvias se acumularon las aguas en el techo y se hundió. Para sustituir esta mezquita se levantó otra en un nuevo emplazamiento de la ciudad, muy sencilla pero que estaba dedicada únicamente a la plegaria.