China es un país que combina una rica historia con un desarrollo moderno asombroso. China es un desafío vayas por donde  vayas y las  distancias  son inmensas; puedes   cubrirlas facilmente en avión y  ¿por qué no?  en  tren.

El país  tiene  un red  ferroviaria excepcional , mucho del cual puede hacer en alta velocidad.  Ves  China  a partir  de la ventanilla y disfrutas de un viaje cómodo y placentero.  De hecho, mi viaje desde Pekín a Chongqing fue una experiencia inolvidable que me permitió explorar tanto la cultura tradicional como las maravillas urbanas.

Pekín: la puerta de entrada
Comencé mi aventura en Pekín, la capital del país, famosa por su impresionante mezcla de lo antiguo y lo contemporáneo. Visité la Ciudad Prohibida, un vasto complejo que fue hogar de emperadores durante siglos. Cada rincón de este lugar cuenta historias de poder y opulencia. Luego, me dirigí a la Plaza de Tiananmen, un lugar emblemático lleno de significado histórico.
Otro de los puntos destacados de Pekín fue la Gran Muralla. A una corta distancia en auto, decidí visitar el tramo de Mutianyu, menos concurrido pero igualmente impresionante. Caminar por sus antiguas piedras, rodeado de paisajes montañosos, fue una experiencia casi mística.Estacion ferroviaria China 1 1 2 copy copy

El viaje en tren a Chongqing
Desde Pekín, tomé un tren de alta velocidad hacia Chongqing. Este trayecto de aproximadamente 7 horas se convirtió en una experiencia fascinante en sí misma. A medida que el tren se deslizaba por el campo chino, observé cómo el paisaje cambiaba de vastos campos de arroz a montañas cubiertas de bosques. La eficiencia y comodidad del tren hicieron que el viaje fuera muy placentero.

Chongqing: la ciudad montañosa
Al llegar a Chongqing, me recibió una ciudad vibrante, famosa por su gastronomía picante y su entorno montañoso. La primera parada fue el barrio de Jiefangbei, un centro comercial y financiero lleno de rascacielos. La mezcla de luces brillantes y el bullicio de la gente me hicieron sentir el pulso de la ciudad.
Uno de los platos más emblemáticos que probé fue el "hot pot". En un restaurante local, compartí una olla burbujeante con amigos, sumergiendo diferentes ingredientes en un caldo picante. Cada bocado era un estallido de sabores.

Explorando el Yangtsé
Un viaje a Chongqing no estaría completo sin una excursión por el río Yangtsé. Tomé un crucero que me llevó a través de los impresionantes paisajes del "Tres Gargantas". Las majestuosas montañas y los desfiladeros formaron un telón de fondo impresionante mientras me relajaba en la cubierta.
Cultura y hospitalidad
A lo largo de mi viaje, la hospitalidad de la gente fue notable. Desde los vendedores de comida en las calles hasta los guías turísticos, todos mostraron un entusiasmo genuino por compartir su cultura. Asistí a una actuación de teatro de sombras, donde las historias tradicionales cobraban vida detrás de un telón.
En resumen, mi viaje de Pekín a Chongqing fue una aventura inolvidable que me permitió conectar con la rica historia y la vibrante cultura de China. Desde la majestuosidad de la Gran Muralla hasta la calidez de la gente de Chongqing, cada momento fue un recordatorio de la belleza y diversidad de este fascinante país. Sin duda, esta experiencia quedará grabada en mi memoria, inspirándome a seguir explorando el mundo. (Foto: estación ferroviaria  china)

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