Sur de Túnez foto Artur Crosby

El Sahara de Túnez, podría ser la bandera del turismo del país para el mercado europeo.

 Un poco de spoiler para empezar: Al final de este artículo podrán leer el porqué viajar y descubrir el desierto tunecino y no ir al tradicional sol y playa.

Cuando hablamos del Sahara seguro que en la mente del lector le recordara a grandes películas que les desborda la imaginación, pero es fácil ya que con 70.000 km2, hay muchos, muchos micropaisajes, tanto naturales como culturales y es nada menos el 40% del territorio del país. Por cierto todavía en fase de descubrimiento turístico, como lo podrá atestiguar la directora de Turismo de Túnez para España y Portugal Leila Tekaia, que parece que el sitio le debe gustar.

Y en ese territorio viven algo más de 150.000 personas, repartidas en las ciudades de Douz, Tozeur, Tataouine, Matmata, Nefta, con una mayoría de bereberes (Amazighs), quienes trabajan el pastoreo, comercio y turismo que cada vez tiene un mayor peso. En este territorio se combina la tradición bereber (arquitectura, gastronomía, nomadismo, hospitalidad, etc.) con la de los asentamientos urbanos. Y además en Túnez el desierto esta a unas horas del Mediterráneo, con la isla de Djerba como reclamo.

Posiblemente cuando se habla de atractivos naturales y culturales turísticos, se suele asociar con lugares verdes, con presencia de agua (ríos, lagos, mar,…), bosques, pueblos con sabor, gastronomía local, cielos limpios y una serie de infraestructuras, accesos y facilidades turísticas, pero existe también otra opción de destino y de viaje, eso que se suele llamar el “detox” que se está convirtiendo en una medicina muy demandada para una mayoría de trabajadores y empresarios, que si además añadimos la Vitamina N, hablaríamos de un destino de salud. Pues esto si se encuentra en el desierto. Pero permítanme desmontar algunos clichés o estereotipos del desierto y especialmente del Sahara (de Túnez), porque seguro les sorprenderá para bien o para mal, claro.

  • El desierto nos enseña entender nuestros límites. Este ecosistema es una referencia y al fin y al cabo una escuela de como la solución a los cambios actuales pasa por la adaptación y mitigación (véase el cambio climático).
  • Que el desierto no tiene vegetación, no es cierto y además conocerlo es aprender como las plantas se adaptan a las condiciones extremas de calor, sequía y suelos pobres.
  • Vean las estrategias que tiene la Naturaleza: Muchas plantas, como las acacias o los tamarinos, tienen raíces que pueden alcanzar varios metros de profundidad para llegar a aguas subterráneas. Otras, como los cactus del Sahara, tienen raíces muy extendidas cerca de la superficie para absorber rápidamente el agua de las escasas lluvias.
  • La resistencia al calor y sequía, se hace mediante hojas pequeñas, espinas o incluso sin hojas (como las suculentas) para reducir la pérdida de agua por transpiración. También almacenan agua en tallos o raíces.
  • Tienen un ciclo de vida corto. Algunas plantas, como ciertas hierbas del desierto, germinan, florecen y mueren en pocas semanas, justo después de una lluvia. Aprovechan la humedad al máximo antes de que el suelo vuelva a secarse.
  • O por adaptaciones químicas, ya que pueden producir ceras o pelos en las hojas que reflejan el sol y reducen la evaporación. Algunas también pueden cerrar sus estomas durante el día para evitar perder agua.

Estas estrategias son un ejemplo que nos sirve en el día a día mostrando nuestra potencial capacidad de resiliencia

El desierto del Sahara en Túnez, aunque parece un lugar inhóspito, alberga una sorprendente variedad de fauna que se han adaptado al calor extremo, la sequía y los cambios bruscos de temperatura.

Los más emblemáticos podrían ser el zorro del desierto (fennec), pequeño y realmente adorable (como un peluche), con orejas gigantes que le ayuda para disipar el calor. Es nocturno y se alimenta de insectos, pequeños roedores, como la mayoría de la fauna desértica.

Escorpiones del Sahara, algunos tienen un veneno muy potente. Lagartos y geckos, como el Uromastyx (lagarto espinoso) o el gecko del desierto. Camellos, dromedarios, que aunque domesticados, son parte clave del ecosistema y del paisaje.

  • Aves del desierto, como alcaravanes, halcones, buitres, y también pequeñas aves migratorias que cruzan el Sahara. Serpientes como la víbora cornuda del Sahara, que se entierra en la arena para emboscar a sus presas. (La mayoría son venenosas pero evitan el contacto con humanos) y las Gacelas dorcas, muy vulnerables (solo en áreas protegidas)

dromedarios sahara tunez ArturoCrosby 1

  • El ecosistema del desierto del Sahara tunecino es un sistema extremo pero fascinante, lleno de vida adaptada a condiciones muy duras. Aunque a simple vista parece solo arena y calor, en realidad es un entorno rico en biodiversidad especializada y con interacciones ecológicas únicas en el planeta.
  • El Paisaje sahariano se resume como algo realmente “especial y diferente” con grandes “ergs” (dunas de arena) como el Gran Erg Oriental, donde está el Sahara tunecino.
  • También hay hamadas (llanuras pedregosas), oasis (focos vitales de vida y biodiversidad) tremendo reclamo turístico, con zonas montañosas o rocosas en los bordes.

Pero hay algo único y es el paisaje de la noche, que cualquiera que haya tenido la experiencia de poder dormir o relajarse mirando al cielo, jamás lo olvida. La nula contaminación lumínica le hace un destino perfecto para el astro-turismo.

acuíferos subterráneos en Túnez 1

Y seguramente tendrán la duda de cómo es posible sobrevivir o tener agricultura o turismo sin agua.

Pues existen acuíferos subterráneos profundos, como el Sistema Acuífero del Sahara Septentrional (SASS), que se extiende por Túnez, Argelia y Libia, que proporciona agua a oasis, pozos y agricultura en regiones como Tozeur, Douz, Kebili y Gafsa. Algunos manantiales (fuentes naturales), y algunos emergen por presión natural desde el acuífero. (Oasis de Ksar Ghilane). También Pozos tradicionales (naftas), excavados a mano por generaciones, que acceden a agua freática poco profunda en ciertos puntos del desierto.

Existen sistemas de galerías subterráneas para captar agua de acuíferos y llevarla por gravedad hasta la superficie. Hay fuentes de agua que salen por presión a unas temperaturas de más de 60ºC, que por serpentines las enfrían hasta casi los 20ºC y así poder tener regadío.

Y a veces el agua de lluvia y escorrentía (muy limitada) que cuando son precipitaciones intensas forman los “oueds” (ríos secos que corren solo temporalmente).
Como ven en el desierto, en el Sahara hay vida y se puede descubrir, pero además es la base para la existencia de la cultura de sus gentes.

La cultura y las poblaciones del desierto tunecino son el alma viva de esta región. A pesar de lo duro del entorno, el sur del país —especialmente las zonas de Kebili, Douz, Tataouine, Tozeur y Matmata— ha sido hogar de comunidades con una profunda historia, identidad y tradición.

Un destino turístico aumenta su atracción si tiene una llamativa oferta cultural y el desierto, el Sahara, por su ecosistema y su historia nada fácil logra tener ese atractivo diferenciado, ya que es una combinación de culturas, como la Bereber(Amazigh), por cierto un ejemplo de sostenibilidad increíble. Son los habitantes originales del norte de África. Y conservan sus costumbres, arquitectura, trajes y formas de vida sobre todo en zonas montañosas y rurales del sur como Matmata o Chenini.

Hoy en día, muchos de árabes y nómadas árabes (Mrazig), localizados en Douz, con raíces en el nomadismo sahariano. se han asentado, pero conservan parte de su cultura tradicional: hospitalidad, vestimenta, danzas y poesía oral.

Las comunidades urbanas del sur, como Tozeur, Nefta, Kebili o Tataouine tienen poblaciones sedentarias con una mezcla de culturas bereberes y árabes, centros históricos de comercio, agricultura de oasis y espiritualidad (especialmente sufí en Nefta).

viviendas trogloditas Tunez 2 reb ArturoCrosby 1

La Cultura del desierto tunecino está basada en la gastronomía, artesanía, arquitectura y música

Esta cultura la conforma los tejidos (alfombras, mantas); Tatuajes y joyería bereber con motivos geométricos, cerámica, cuero, cestería con diseños geométricos. Y conservan su música y danza: Ritmos tribales con tambores (tabl), flautas (ney) y cánticos. Danzas tradicionales como la Raqs al-badu (danza beduina).

Un destino se valora por su gastronomía, que en el sur es diferente como Platos con cuscús (de los mejores que se puedan comer), dátiles, carne de cordero, y la harissa (muy picante). Panes cocidos en arena caliente (“tabouna”). Té con menta, café fuerte y especiado.

Algo totalmente imperdible es su arquitectura tradicional, con casas trogloditas (Matmata) excavadas en la roca para aislar del calor y del frio. Ksour, fortalezas-granero, como en Ksar Ouled Soltane, Oasis habitados con palmerales con casas de adobe, como en Tozeur o Douz.

Esto es un resumen de los principales o emblemáticos atractivos del desierto saharaui de Túnez, territorio que se está conformando en un gran destino turístico, pero tiene todavía que comprender su potencialidad hacia el mercado europeo, apostar por la calidad, y sostenibilidad para garantizar su competitividad.

Túnez beduino

Las 5 razones para que un viajero deba (definitivamente) viajar al desierto de Túnez

¿Te apetece ir a un lugar exótico, épico y ligeramente absurdo en el mejor sentido? Bienvenido al desierto de Túnez, el sitio donde el tiempo se detiene, los paisajes parecen sacados de otro planeta y tú te conviertes en protagonista de tu propia película… de aventuras, no de drama.

1. Porque el WiFi no llega, pero la paz sí.

¿Te has preguntado cómo sería desconectarte de todo y reconectar contigo mismo? Spoiler: se siente bien. No hay notificaciones, solo dunas eternas, cielos imposibles y ese silencio que parece terapia premium sin tener que sentarte en un diván.

2. Arena, sol y el "glamour" beduino.

Vale, sí, hay arena. Mucha. En cantidades industriales. Pero no es cualquier arena: es arena cinematográfica. Es la que inspiró a George Lucas, la que hace que cualquier foto tuya parezca portada de National Geographic, y la que te da un bronceado natural con aroma a aventura.

3. Porque puedes decir “yo estuve en Tataouine”.

No necesitas ser fan de Star Wars para flipar con los paisajes alienígenas de Tataouine y Matmata. Pero si lo eres, prepara la emoción: dormir en un hotel troglodita donde vivió Luke Skywalker te hará replantearte por qué tu casa no está excavada en la roca.

4. Camellos, oasis y la sensación de estar en otro mundo.

Subirte a un camello no es solo una actividad turística, es un modo de vida (algo torpe, sí, pero inolvidable). Y cuando llegas a un oasis en mitad del desierto, con palmeras reales y agua que parece sacada de un espejismo, entiendes por qué hay gente que simplemente nunca regresa... a la oficina.

5. Porque las noches estrelladas son ilegales en algunos países por exceso de belleza.

En serio: las noches en el desierto de Túnez parecen una colaboración entre la Vía Láctea y un filtro de Instagram llamado “¿es esto real?”. Nunca has visto tantas estrellas, ni sentido tanto asombro al mirar hacia arriba.

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