Tan singular y tan desconocido, la Vall de Nuria es un reducto acotado en el tiempo que permanece casi intacto a la evolución humana. A escasos 200 kilómetros de Barcelona, en la comarca del Ripollés, en plenos Pirineos, con cotas de 3000 metros, el valle se convierte en un activo único para todos aquellos que buscan un turismo especifico y natural. El Valle ha sido un lugar de peregrinación desde la Edad Media y permite una inmersión total en la naturaleza.
Pertenece a la comarca del Ripollés, conformado principalmente por el rio Nuria, Fresser, Ter… y significó la avanzadilla industrial de Cataluña en la trasformación del carbón y del hierro. En las orillas de los ríos nacieron y crecieron las fargas, ferrerías, molinos, colonias textiles, estaciones de electricidad … y, por supuesto minas (hierro, carbón, sal) que propiciaron el despegue industrial de Cataluña como fábrica de España. Solo esta comarca generaba más recursos que toda Barcelona capital junta y registraba más población. Las comunicaciones mejoraban para hacer llegar las mercancías donde se necesitan y los territorios pasaban de agricultores y ganaderos a industriales. Aun así, sorprendentemente determinados territorios, seguían siendo inaccesibles; es el caso de la Vall de Nuria, un escenario en la cabecera de este mismo rio que continúa sin conocer carretera.
Panorama del Valle con la Iglesia de San Gil, hotel y santuario e instalaciones de actividades al aire libre
Al día de Hoy sigue permaneciendo virgen y mostrando sus encantos naturales como si no hubieran pasado miles de años. El Valle de Nuria es el último rincón de la comarca, allí donde se paró el progreso y donde, salvo los pastores y arrieros, desistieron de transitar, tanto es así que, si no fuera por el tren, aun hoy, no se podría llegar.
Mapa de la zona e iglesia de Ribes
Distintas perspectivas de Ripoll
El eje vertebrador de toda la comarca es el pueblo de Ripoll, una población de 10.000 habitantes cargada de historias y que mantiene un patrimonio importante cuya máxima representación es el monasterio de Santa María construido por Wifredo el Velloso en 888, enclavado en medio del pueblo… y que se considera la cuna de Catalunya por la capacidad que tuvo para producir y traducir manuscritos, entre ellos , varias ediciones de la Biblia. Ripoll da paso al conjunto de valles que conforman todo el territorio. La orografía de la comarca podría asemejarse a los cinco dedos de una mano que desde Ripoll se reparte por Vallfogona, Camprodón, Ribes, Gombren y Les Llosses que a su vez se diversifican en otros más reducidos. El ramal de Ribes de Fresser, conduce hasta el Valle de Nuria. Ribes también es un cruce de caminos: llega y pasa el tren de Barcelona - Puigcerdá y es el inicio del tren/cremallera que asciende hasta Nuria, pasando por Queralbs donde termina también la carretera. De modo que, con el tren/cremallera, comienza la aventura.
Nuria a través de la historia
Aunque el La Vall de Nuria se refiere a todo el desfiladero que va desde Queralbs hasta los picos más altos del mismo, en realidad, el núcleo principal está en una planicie a dos 2000 metros de altura y rodeada de montañas donde se han ido sentando todos los acontecimientos, efemérides, núcleos de la actividad y patrimonio monumental del valle. Para llegar a lo que tenemos hoy, han tenido que pasar milenios que han puesto los cimientos de la conformación del valle. A pesar de ser un rincón recóndito, se han encontrado vestigios humanos con antigüedad superior al millón de años, pero la historia humana más reciente podemos datarla a partir de la era cristiana.
Desfiladero por donde baja el río Nuria, transita el tren y muestra las vistas que se observan desde las ventanas
Su momento estelar parte del año 700 cuando un monje griego, llamado Gil, vino a estas tierras a evangelizar sus escasos habitantes. Uno se pregunta como por aquellas fechas y a un lugar tan perdido se le ocurre venir a un personaje nacido a cuatro mil kilómetros de distancia, pero parece ser que la historia tiene visos de toda realidad y el monje aplicó todo su arte para convertir a los rudos pastores en buenos cristianos. Como el monje, era austero, vivía en una cueva y dicen que allí, con sus propias manos y de un tronco de árbol, talló la primera figura de la Virgen de Nuria. Tres armas, además de la cruz, se le reconocen al que después terminaría siendo Santo y obispo de Nimes para convencer a los paganos: la cruz, la olla, la campaña y la imagen de la Virgen. La cruz y la escultura de la virgen se levantaban contra los perseguidores cristianos que venían principalmente del sur de Francia, pero la olla y la campana eran las herramientas más pragmáticas para convencer a los infieles desperdigados por el valle. En un territorio gélido en invierno y con pocos recursos para alimentarse, San Gil recurrió a cubrir las primeras necesidades de los lugareños: les preparaba en su olla un cocido a base de harina - las tradicionales “farinetes”- y algún trozo de carne que templaba el cuerpo de los pastores y les preparaba el alma para el culto a la virgen; la convocatoria la hacía a toque de campana.
La historia de San Gil no fue larga pues se dice que el 704 tuvo que salir huyendo por persecución y antes de su partida escondió olla, campana e imagen en algún sitio desconocido de los que no se tuvieron noticias hasta casi 4 siglos después.
Allá por 1072 llega al valle otro de los personajes que han quedado en el frontispicio de Nuria, Amadeu, un peregrino procedente de Dalmacia, la actual Croacia, conocedor de la tarea de San Gil y devoto de la virgen que seguía siendo guía de los habitantes del Valle, basándose en una revelación divina, llegó hasta Nuria y encontró la imagen.
No obstante, dicen que la suerte vino de un toro, que escarbando en el suelo puso a la vista en 1079 el tesoro que había permanecido perdido tantos años, otros dicen que la propia virgen se le apareció en persona a un pastor y le rebeló el lugar donde estaban enterrados los utensilios y la imagen original. Pero, fuera como fuere, Amadeu fue quien puso la primera piedra de la capilla conocida.
A partir de estas fechas , ya existen documentos fehacientes de la actividad del valle; el primer testimonio escrito viene de Guillem Ramón de Cerdaña, hijo de Guifré que concede al monasterio de Ripoll los derechos de pastoreo. Y tanto progresó el valle que en 1271 consta que ya había una “domes hospitales S. Mariae de Annuria”, lo que vendría a ser una casa de hospedaje. Desde esa fecha no dejan de añadirse dependencias, la mayoría de la cuales se destruyeron en los terremotos acaecidos en 1427 y 1428.
Fuera del espacio natural, el meollo del valle lo constituye un conjunto monumental situado al final de todo el recorrido, a 2000 metros de altura, anclado en una gran explanada, que da vista a todo el conjunto de montañas que lo rodea y que se enfilan hasta casi los 3000 metros de altura. El viajero que llega por primera vez, se encuentra con un edifico principal de estilo clásico en forma de U abierta, imperante en el paisaje, en cuyo centro longitudinal se encuentra el Santuario de la Virgen de Nuria y, a ambos lados , el hotel y estancias de servicios. El impacto de esta imagen es instantáneo y deslumbrante dado que aparece una vez que el tren sale de la boca del ultimo túnel y , de repente, muestra el conjunto arquitectónico, el lago y las montañas periféricas. Un paisaje bucólico que no tiene comparación con ningún otro escenario.
Nuria tiene el valor añadido de cambiar de aspecto según la estación del año y en cualquier de ellas tiene su encanto. El invierno trae el manto blanco de la nieve, el otoño los colores acuarelas, la primera la naturaleza desbordante con todos los riachuelos corriendo y el verano, una apoteosis de contrastes y un reducto climático de 20-24 grados de día y 10 -12 de noche.
El santuario y la virgen de Nuria
El santuario copa la parte central del complejo arquitectónico que divide prácticamente en dos mitades simétricas, una nave de cañón de estilo neogótico que parte de la torre frontal en la fachada, de forma cuadrada y rematada con una aguja metálica que alberga un conjunto de campanas que, además del anuncio de los actos litúrgicos, tocan las horas y sus cuartos para información de los presentes en el valle. La fortaleza de la torre y su altura relevante respecto del resto del complejo, indica la prevalencia y poder de quien impera en los cielos y de sus representantes en la tierra; no en vano, en el plano más alto, luce la cruz templaría que aúna la espada y la cruz. La nave de considerable altura y sostenida por arcos de nervio gótico, termina en un modesto retablo y , en un plano superior, está el templete que sostiene la virgen, una talla románica del siglo XII que representa a la Virgen María con el Niño Jesús en brazos. Esta imagen es el centro de devoción en el santuario, puede accederse hasta sus pies a través de una escalera que rodea el altar y son muchos los peregrinos que acuden a rendirle homenaje y pedir su intercesión. La iglesia actual se inauguró en el año 1911.
Imagen de la Virgen, Basílica, los dos obispos, entrante y saliente y la capilla donde está la "olla de la fertilidad"
Algunos le encuentran un parecido con la Virgen de Montserrat, a tenor de su semblante “moreno” que viene más del efecto del humo de las velas que de su idiosincrasia racial.
La imagen ha traído también su trasiego con sus continuas desapariciones y apariciones. La última fue durante la guerra civil española que el párroco, pensando que corría peligro, la llevó a Suiza y allí permaneció hasta 1941 que volvió al valle.
Hoy es una basílica menor y se mantiene siempre abierta al público y con capellán permanente, actualmente Joan Perera, con oficio diario de misa y actos religiosos propios de valle. Depende del obispado de La Seo de Urgel y es tan emblemática esta parroquia que siendo proclamado el 12 de julio (2024) nuevo obispo Monseñor Josep Lluis Serrano, vino, acompañado con el obispo saliente, Monseñor Vives, a visitar el santuario e invocar el favor de la virgen de Nuria. Pio XII proclamó en 1956 a la virgen de Nuria patrona de la diócesis de Urgel. En las estrechas naves laterales hay varias capillas y e imágenes de santos, una de ellas, entrando a la izquierda, contiene los elementos emblemáticos del valle: la cruz, la virgen, la olla y la campana y sigue observándose la tradición de que las mujeres que no pueden tener hijos, pueden conseguirlo si meten la cabeza dentro de la olla mientras redoblan la campana. Los visitantes pueden hacer esta prueba y el resultado, a la vuelta a casa y pensando siempre en la colaboración de su marido.
Las campanas, tienen también su historia en este Valle. Si la tradición dice que San Gil hizo la cruz , fundió la olla para preparar los alimentos para los pastores y una campana para llamar a los fieles a la oración, este instrumento sonoro no podía quedar sin atención. No obstante, fuera de la primera y mítica campana , ya no se había vuelto a saber nada de estos instrumentos hasta 1640 que consta que la iglesia tenia una espadaña con dos campanas. En la guerra civil española vuelven a perderse las campanas , seguramente aprovechando el material para construir armas, y fue , terminada la guerra, cuando se colocó en 1943 la campana Enriqueta de 350 kilos de peso y que sigue vigente y repicando independientemente del carrillón que se instaló en 1998.Quiza por la conformación del valle, el sonido de las campanas es casi lo único que rompe el silencio armonioso de toda la cuenca que confluye en el santuario: dan las horas y convocan a los fieles a los actos litúrgicos.
El hotel
A ambos lados de la iglesia, en dos alas simétricas se levanta el hotel Vall de Nuria. El establecimiento hace honor a su lema de sostenibilidad y eficiencia energética en todas las instalaciones.
El edificio, con alzado de 3 plantas, dispone de 75 habitaciones, entre ellas 4 suites y 10 habitaciones familiares. Pero, contando que son muchas las familias que suben al valle, también tiene en su ala derecha 20 apartamentos con capacidades para 2-6 personas. Las habitaciones cuentan con baño completo con secador de pelo, televisión con canales vía satélite, teléfono y conexión a internet mediante Wi-fi.
Distintas perspectivas del hotel: salones, auditorium y habitaciones
La decoración de las habitaciones ha sido muy cuidada y, acorde con el escenario de montaña, predomina la madera y colores muy cálidos que hacen que las estancias sean muy confortables para todo tipo de clientela que conserva el hotel. La mayor parte de ellas han sido actualizadas con la incorporación de nuevos materiales y tecnología y disponen igualmente de unas vistas espectaculares a una parte u otra de las montañas. El toque de interiorismo y la sensación de confortabilidad hacen que tanto en invierno, cuando la nieve cubre de blanco todo el paisaje, como en verano, bajo un sol radiante fuera y los prados saturados de verde, regalen al cuerpo, un estado grato de bienestar.
Aparte de las zonas privativas, el hotel está equipado con restaurantes, bares y salas que acogen a todo tipo de eventos en condiciones de excelencia y con inmejorables vistas al exterior.
El restaurante principal, con una capacidad para más de 300 comensales, destaca por sus grandes ventanales que contribuyen a sublimar la experiencia de los clientes.
Continuamente se celebran en sus instalaciones bodas, bautizos, reuniones de empresas… y a todos, la dirección del hotel, les propicia un toque particular. En alguna ocasión una pareja de novios o alguna autoridad política han contratado el vagón-salón del tren-cremallera que aun hoy se conserva en el museo de Ribes de Fresser para hacer su entrada triunfal en el valle.
Primer Estatut de Catalunya.
Como dato histórico relevante, Nuria fue escogida para redactar el proyecto de Estatuto de Autonomía, conocido como Estatuto de Nuria o Estatuto de 1932. Allí se reunieron una representación de parlamentarios catalanes para discutir y aportar sus propuestas para un texto que regulara las relaciones con Madrid
El Salón del Estatut 1931 y el Santuario antiguo
El hotel sigue conservando , para el caso intacto , el salón del Estatut, lugar donde se reunían los políticos, aunque donde se firmó finalmente fue en 1932, en la habitación número 202 del hotel, y quedó refrendado en las urnas el 2 de agosto de 1931 y aprobado por las Cortes el 9 de septiembre de 1932.
Gastronomía
Las propuestas gastronómicas no solo de Nuria sino de todo el Valle son de un rango alto. El principal condimento, los productos, parten de una elaboración artesana y de una producción natural lejos de contaminantes y transformaciones. El valle genera buenos quesos, magnifica carne proveniente de los animales que pastan libremente en los parajes verdes y beben el agua cristalina que discurre por sus riachuelos. Ternera, pavo, pollo, cordero, truchas y animales de caza son los ingredientes base para sus propuestas culinarias. A eso se le suman las hortalizas, setas, hierbas de todo tipo… y hasta las nuevas presentaciones de cervezas artesanales, conservas , embutidos y una repostería, al menos, centenaria.
El hotel, además de las demandas que vengan según cliente o evento, parte de un buffet abierto con buenos productos que cada huésped o comensal elige a voluntad y unos segundos platos con especialidad diaria que elabora el chef en la plancha vista; una propuesta por cierto, a un precio cerrado, a coste muy modesto.
La repostería y postres también son especialidades de la casa, hechos in situ y la guinda de un buen ágape.
Y para completar la experiencia hay que sumarle el entorno: los restaurantes son exteriores dotados de amplios ventanales de modo que es difícil encontrar un escenario similar para disfrutar de cuerpo y alma.
El hotel admite perros; tiene habitaciones habilitadas para ellos y también un espacio en los restaurantes donde pueden estar con sus amos.
Actividades
Dependiendo de la época del año, el visitante puede disfrutar de un sinfín de actividades para todos los públicos, pero, especialmente para los más pequeños.
El hotel dispone de un parque infantil con actividades dirigidas a los niños, una biblioteca, 4 salones para tertulias, lectura, música, juegos o reuniones de empresa. También hay un auditorio con capacidad para 150 personas debajo de recepción donde se proyectan documentales sobre la Vall de Núria, se siguen los partidos de futbol o eventos deportivos, conciertos, programas de radio celebraciones, una tienda de souvenirs, un museo de la nieve, oficina de información, consigna, centro de interpretación, punto de información, servicios médicos, etc.
Indicación de rutas, hípica y museo del ski
El hotel, por otro lado, organiza actividades muy ilustrativas como encuentros de astrología para interpretar el firmamento y visionar las estrellas, conciertos musicales, juegos, competiciones…
En el exterior en época estival hay mas de 60 actividades programas al aire libre como paseo a caballo, con ponys muy mansos para que puedan subir los niños de corta edad, canoas para cruzar el lago, barcas de remos y senderismo para todos los niveles, desde paseo tranquilos por el entorno del hotel y el lago hasta caminatas más exigentes por todo el valle a los picos que rondan los 3000 metros de altura : el Puigmal (2910 m) Bastiments( 2881), Pic de la Dona (2704), Finestrelles (2828), Noufonts ( 2861), Torruelles (2771), Pic del Infern (2869), etc. Todos los itinerarios están debidamente señalizados y por varios puntos también existen refugios de alta montaña para casos de necesidad.
En invierno, la actividad estrella es el esquí. Los casi 8000 metros de pistas esquiables de la Estación de Núria salen de la misma puerta del hotel. Sin necesidad de caminar, se toman las cabinas o los telesillas hasta la cima de las montañas que rozan los 3000 metros de altura. En ellas se pueden practicar todo tipo de actividades al aire libre, tanto en verano como en invierno. En verano también funcionan las cabinas y es recomendable subir hasta un albergue situado al final de recorrido desde donde se aprecian unas vistas impresionantes.
La estación, aparte de estar a dos horas de Barcelona que facilita incluso la ida y vuelta en el día, tiene un ambiente muy familiar, con diferente grado de dificultad y ha sido cuna de muchos deportistas que hoy tienen renombre mundial.
El tren/cremallera
Uno de los mayores atractivos del valle es el tren/cremallera, una obra de ingeniería que asciende hasta los 2000 metros de altura y se corona como el tramo ferroviario más alto de España, por delante de Cotos en Segovia situada a 1818 metros. El tren se inauguró el 22 de marzo de 1931 y se construyó todo el recorrido en tan solo 2 años. El tren arranca en la población de Ribes de Fresser, en la propia estación del tren convencional que cubre el trayecto de Barcelona–Puigcerdá y de ahí llega, pasando por Queralbs, hasta las puertas del hotel Vall de Nuria y los remontes de la estación de esquí.
Cuando los esquiadores se bajan con sus esquís, solo tienen que caminar 15 metros y ya están tomando el telesilla.
Distintas perspectivas del tren/cremallera, coche-salón, por dentro y por fuera y mecanismos de tracción en las vías
El tren es un verdadero acontecimiento y el emblema del valle tanto por su innovación revolucionaria para el momento que se instaló como el recorrido que realiza: 13 kilómetros que serpentean un desfiladero de acantilados, el rio Nuria, vegetación, nieve y precipicios que hacen contener las respiraciones, pero que muestran vistas que son irrepetibles. El tren zigzaguea entre túneles y curvas como un mecano articulado y haciendo que los pasajeros se desplacen de un lado a otro para no perderse el panorama. Los ingenieros de entonces hicieron un trabajo ingente para diseñar un medio de transporte tan singular para un recorrido tan complicado. El valle, por su orografía tan escarpada, no permitía una carretera al uso y pensaron en un invento que marcaría historia como lo ha hecho casi durante un siglo y ha propiciado el acceso a un lugar que, de otra manera, era inaccesible, salvo que quieras hacerlo a través de un sendero no exento de dificultades. El tren salva una pendiente de 1000 metros con desniveles superiores al 10 por ciento. Eso es lo que inspiró una ingeniería de seguridad que, junto a la vía tradicional, se añadiera un tercer carril dentado en el centro y que, a través de motores eléctricos en l a parte baja del tren, engranaran en la guía como si de una cremallera se tratara. Así el convoy “clava” las uñas en la línea dentada y trepa - o baja- con seguridad hacia las alturas El camino hasta su última estación es trepidante e increschendo. La traca final se produce en el último túnel que coincide ten con ten con el lago: cuando el tren asoma se abre el panorama completo de todo el valle con santuario, hotel, estación de esquí y todas las montañas que lo envuelven. Una imagen miles y miles de veces fotografiada que se queda en la retina como uno de los principales recuerdos de los lugares más espectaculares del mundo.
Gracias al tren/cremallera, el Valle ha tenido un acceso - el único- que ha servido para pastores, peregrinos, huéspedes, montanistas, viajeros y esquiadores y ha permitido ,por otro lado, que todo el destino haya conservado hasta el día de hoy su esencia natural como desde principio de los tiempos.
Hoy, el propósito de todos los agentes que intervienen en la cadena de valor (iglesia, administración, hotel y muchas entidades), es conservarlo como está, patrimonio único al que se le añade lo indispensable para que pueda ser disfrutado por los humanos.
Como testimonio incontestable de la hazaña que ha desempeñado este trasporte, está el museo del tren en la propia estación de Ribes -segunda parada en el recorrido- donde se muestra la historia del mismo, así como las locomotoras y vagones de diferentes épocas. Es pertinente visitarlo mientras se espera la llegada y es gratis para los que han adquirido un tiquet de viaje.
En tren de puerta a puerta
Si el tren ha permitido la vertebración de los territorios, en este caso se hace todavía más patente y podemos decir que, si un viajero no quiere hacer uso de su transporte privado, puede hacerlo en tren y disfrutarlo de puerta a puerta.
Si un ciudadano de Barcelona, por ejemplo, que quiera salir a pasar el día en Nuria, sube al tren en la estación de Sans, toma la línea R3 y en poco más de dos horas los deja en Ribes para enlazar con el tren de cremallera solo cambiándose de anden y en poco más de media hora llega a la cúspide del valle.
Lo mismo puede hacer un viajero de Madrid que tome el AVE en la estación de Atocha y cambie en Sans, vía Ribes.
Para aquellos que quieran tomárselo con más calma y usar su propio vehículo, también tienen una vía cómoda: la autovía a Ripoll y unos pocos kilómetros más para llegar a Ribes y subir al Cremallera.
La logística y trasiego ya la tiene muy prevista el operador ferroviario, la Generalitat: parking gratuito para los usuarios del tren en la misma estación y a 20-30 pasos de la vía.
Entrevista, Raúl Anquela, director del hotel
“Nuria es el epicentro de todo el Ripollés”
Aparte de las actividades deportivas, el culto de los peregrinos que llegan devotos de la virgen de Nuria, los viajeros que visitan el territorio por sus atractivos paisajísticos, el hotel es el núcleo vertebrador de los servicios y presta apoyo a todos los que llegan por un motivo u otro. Sin el hotel, difícilmente se sostendría este destino - así como sin el resto de servicios tampoco podría funcionar el hotel-. Sin el tren, nadie podría llegar a esta cumbre y el hotel es el paraguas que da vida a todos los demás. Es un mosaico de figuras que todas tienen sentido si están bien definidas todas las demás. Esta filosofía la tiene clara el propio director del establecimiento, Raúl Anquela, un profesional empático y activo que lleva 7 años dirigiendo el hotel y ve cómo se consolida año tras año el incremento de visitantes. “yo no puedo vender habitaciones solamente, tengo que aportar valor a todo el territorio”
-Y ¿Qué significa el valle para toda la comarca?
-Nuria es el epicentro de todo el Ripollés. Hoy, la actividad más importante de todo el territorio es el turismo que ha reemplazo al hierro y el carbón que predominaron en otro tiempo.
- Cuantos visitantes llegan hasta el santuario?
- En lo que va de año , enero- junio del 2024, han subido al valle 105,000 personas
- Y ¿Cuál es la primera motivación que mueve al visitante para subir hasta aquí
- Depende de época del año y perfil de visitante. En invierno, con temperaturas muy bajas y días cortos, la práctica totalidad son esquiadores o amantes de la montaña, gente joven o de mediana edad que practican el deporte. Con el buen tiempo, el perfil cambia y vienen muchas familias que quieren conocer el territorio, vivir una experiencia única y atender sus motivaciones religiosas. La virgen de Nuria es el segundo santuario de Catalunya, después de Montserrat, y eso aporta muchos feligreses al valle.
- Cual es el elemento diferenciador de destino?
- Sin duda, la sostenibilidad. No solo tenemos la certificación ISO 14.001 sino que estamos desarrollando el proyecto “ecovall” con tres ejes fundamentales : sostenibilidad ambiental, acción climática y protección del capital natural con una línea de actuaciones como “Gasoil cero” para todos los vehículos que se mueve aquí y la eliminación de todas las instalaciones alimentadas con gasoil, ampliación de la geotermia que ahora ya sostiene un parte de la calefacción, mejora de la envolvente térmica de los edificios, interconexión de las diferentes energías renovables y la ampliación de la minicentral hidroeléctrica, reducción del plástico en las unidades de restauración y envases, gestión integral de los residuos…
-El valle en sí, es pequeño ¿puede llegarse a una masificación lo mismo que ocurre en otros territorios?
-Aquí es crucial el control y la gestión de los visitantes: no podemos admitir más de los que podemos atender. Tenemos una capacidad limitada tanto por el transporte como por la acogida en la cima . Si queremos conservar el valle y gestionar los recursos, tendremos que controlar los accesos. Aquí somos referentes en naturaleza y debemos dar respuesta a quienes buscan ese turismo.
-¿Llega turismo internacional al Valle?
-Curiosamente tenemos visitantes de infinidad de países; además de los más próximos a nosotros como son los franceses o europeos en general, contamos con muchos coreanos y japoneses. Cada vez más, el conocimiento de Nuria llega más lejos y, por un motivo u otro, el turista hoy no tiene fronteras ni impedimentos para visitar lo que quiere.
-Aquí confluyen varios entes para la explotación óptima de los recursos ¿Es fácil ponerse de acuerdo?
-Cada uno tiene su parcela y funciones. La iglesia atiende a los fieles, nosotros a los huéspedes y la administración a los pasajeros, pero todos tenemos el mismo objetivo: que esto funcione y se mantenga fiel al legado que hemos heredado.