El río Duero nos lleva hasta…..
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Oporto, Porto, o también la antigua Portus Cale
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Es la segunda ciudad de Portugal
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Una ciudad para vivir el turismo con tranquilidad
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Historia, múltiples culturas y comercio
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Origen de los “vinos dulces de Oporto”
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Y de la cocina tradicional con bacalao
Repasando la historia, podemos conocer que Oporto, es la ciudad que dió nombre a Portugal, antiguamente Cale; era una pequeña aldea celta ubicada en la desembocadura del río Duero a la que los romanos añadieron un puerto, puerto de Cale "Portus Cale", que origino el nombre de “Portugal”.
Breves de la historia
Lo que en su tiempo era una pequeña aldea, fue ocupada por los romanos convirtiendo a “Portus Cale” en parada obligada en la ruta entre Braga y Lisboa. En el año 456 fue tomada por el rey visigodo Teodorico II. Los visigodos gobernaron la ciudad hasta el año 716 en que fue conquistada por los árabes.
“Romanos, Visigodos, Árabes, todo un conjunto de culturas”
Los árabes permanecieron en Oporto hasta que fue reconquistada por el rey Alfonso I de Asturias. Tras la reconquista quedó casi abandonada hasta que, en el 880, el último rey asturiano Alfonso III el Magno la mando repoblar. En 1096, el rey Alfonso VI de León casó a su hija Teresa con Enrique de Borgoña y les concedió un condado el "Condado Portulacense" con capital en Oporto.
Tras la independencia del Reino de León (1138), y distintas guerras, los descubrimientos enriquecieron a Portugal que se convirtió en el centro europeo del comercio marítimo, y sus puertos, entre ellos el de Oporto, vivieron una época de fuerte dinamismo. En Oporto se desarrolló una gran actividad marítima y comercial que la puso a la cabeza de la industria portuguesa de construcción de buques.
Durante 60 años, desde 1580 hasta 1640, la historia de Oporto y de toda Portugal se vio unida a la de España para formar el imperio más grande jamás conocido. Durante la invasión napoleónica, los españoles volvieron a ocupar Oporto en 1807. El siglo XVIII, época dorada de Oporto, la ciudad experimentó un cambio colosal, llenándose de bellos edificios de corte neoclásico y barroco. El motor de la pujanza económica se debió al desarrollo de la industria asociada a sus famosos vinos.
Su tradición de lucha por los derechos civiles ha dado a Oporto su fama de liberal y progresista. Durante el siglo XIX fue cuna de importantes poetas y escultores.
En 1890 se construyó el puerto de Leixoes que impulsó el crecimiento económico de Oporto y, a principios del siglo XX con la llegada de la República, la ciudad se transformó. Símbolo de esta época es la construcción de la Avenida de los Aliados.
En el siglo XX, un intento de independencia de Lisboa llevado a cabo en 1919 por Paiva Couceiros, convirtió a Oporto, provisionalmente, en capital del Norte de Portugal. La inmediata reacción republicana acabó con el levantamiento. Durante la dictadura de Salazar, que perduró hasta la Revolución de los Claveles de 1974, se mejoraron mucho las infraestructuras, destacando en Oporto la construcción del puente de Arrábida.
En 2001 Oporto fue, junto a Rótterdam, capital cultural de Europa y, para tal evento, se construyó el llamativo auditorio "Casa da Música" en Boavista, símbolo de esta capitalidad. Hoy Oporto, sigue manteniendo su fama de ciudad trabajadora, abierta y acogedora.
Oporto, una visita de 48 a 72 horas
Debido a que la mayoría de los viajes a Oporto son escapadas de dos o tres días, os proponemos un itinerario para conocer Oporto de 48 horas a 72 horas.
Este itinerario está pensado para una escapada de fin de semana, llegando el viernes por la tarde y regresando el domingo por la tarde, sin embargo puede realizarse otros días y en más extensible si esa es la idea.
Primer día
Entre el viaje y dejar las maletas en el alojamiento, probablemente no tengáis mucho tiempo para ver monumentos el día que lleguéis a Oporto,(dependerá de los horarios) pero podéis aprovechar situaros y pasear por la ciudad, viendo algunas zonas interesantes.
Un buen punto de partida para conocer Oporto puede ser la Avenida de los Aliados. Situada en pleno centro de Oporto, esta calle está repleta de edificios modernistas entre los que se incluye el Ayuntamiento encumbrando la avenida con su gran construcción en mármol y granito.
Caminando por la avenida y dejando atrás el Ayuntamiento llegaréis hasta la Plaza de la Libertad, la plaza más importante de Oporto. En su centro veréis una estatua ecuestre del Rey Pedro IV.
Girando a mano izquierda llegaréis hasta la estación de trenes San Bento, uno de los grandes tesoros de la ciudad. Su hall decorado con más de 20.000 azulejos en los que se relata la historia de Portugal os dejará impresionados.
Cuando salgáis de la estación bajad por la rúa de Mousinho da Silveira y después seguid recto por la rúa da Alfándega hasta llegar a la orilla del Duero.
En la zona de Ribeira encontraréis decenas de restaurantes con terraza en los que degustar platos típicos portugueses mientras observáis el Duero, las bodegas y el Puente de Luis I.
Platos típicos: Oporto es una ciudad con una gastronomía muy variada que permite degustar una gran cantidad de sabores típicos de Portugal, aunque sin duda alguna el plato estrella de Oporto es el bacalao preparado de diferentes formas, otro de los platos preferidos en Oporto son las "Tripas a moda do Porto", similares a una fabada con callos, que dan nombre a los habitantes de Oporto, “Tripeiros”. Las "francesinhas" son una especie de sándwich de jamón, queso, salchicha fresca, filete de ternera, huevo y otros ingredientes.
Al igual que en el resto de Portugal, otro de los platos típicos de Oporto son las sopas. Y uno de los postres que merece la pena probar son las "natas", unos pastelitos de crema hecha a base de nata que recuerdan mucho a los famosos "pastéis de Belém", típicos de Lisboa.
Segundo día
Tras un buen desayuno, la visita puede comenzar alrededor de las 10 de la mañana en la Iglesia de los Clérigos; para comenzar bien el día, después de visitar la iglesia tendréis que subir a la torre. Las vistas privilegiadas de la ciudad hacen olvidar los más de 200 escalones de subida.
Una vez de vuelta en tierra firme girad a la derecha en la rúa San Filipe de Nery y al final de ésta a la izquierda por la rúa das Carmelitas. A la altura del número 144 está la "Librería Lello e Irmao", una librería de ensueño que ha servido de escenario para rodar algunas escenas en películas como Harry Potter.
Continuando por la rúa das Carmelitas llegaréis hasta la rúa do Carmo, donde podéis tomar el tranvía 22 que para enfrente de la Iglesia de Nuestra Señora do Carmo.
La última parada del tranvía es la Plaza de Batalha, vuestro siguiente destino. Allí se encuentra la Iglesia de San Ildefonso con su peculiar fachada decorada con cientos de azulejos azules y blancos.
Dejando la rúa 31 de Janeiro a mano izquierda llegaréis a la Rua Santa Catarina, una de las principales arterias comerciales de la ciudad. Avanzando por ella encontraréis a mano derecha el "Café Majestic", un elegante café de los años 20 donde tomar algo y disfrutar de su ambiente histórico.
Volviendo a Santa Catarina y avanzando un poquito más podréis ver la fachada de la Capilla de las Almas, una pequeña iglesia decorada con azulejos blancos y azules que a estas alturas ya os resultarán familiares.
Bajando por la rúa de Fernándes Tomás veréis el Mercado do Bolhao, un lugar nostálgico donde montones de vendedores exponen sus frutas y verduras como si por ellos nunca hubiera pasado el tiempo.
Cuando salgáis del mercado tomad la rúa Formosa hasta la Avenida de los Aliados. Recorred la avenida, la Plaza de la Libertad y la rúa de Mousinho da Silveira hasta llegar a la rúa da Bolsa. En el edificio del Palacio de la Bolsa es imprescindible hacer una visita guiada para conocer su historia.
Doblando la esquina por la rúa da Bolsa está la Iglesia de San Francisco donde podéis ver su recargado interior y sus catacumbas.
Si aún tenéis tiempo y ganas, podéis aprovechar para visitar la Catedral. La mejor forma de subir hasta ella es coger el funicular al final de Cais da Ribeira.
A esta hora ya estaréis pensando dónde cenar. Si os gustó la zona de la Ribeira no es mala idea repetir, ya que es uno de los lugares más animados de la ciudad. Si estáis interesados en probar algo nuevo podéis dirigiros a la zona del Carmo, donde tomásteis el tranvía 22 por la mañana.
Tercer día
Si el día anterior no tuvisteis tiempo suficiente para ver la Catedral, es un buen punto donde comenzar la visita. Podéis ir temprano ya que abre sus puertas a las 9 de la mañana. Después de visitar la catedral y el claustro y haber tomado algunas fotos de la ciudad desde las alturas, el Funicular dos Guindais os llevará hasta la parte baja de la ciudad.
Cruzando el Puente de Luis I llegaréis hasta Vila Nova de Gaia, localidad vecina de Oporto donde están situadas las ineludibles bodegas de vino de Oporto.
En la Avenida de Diogo Leite, paralela al río encontraréis puestecillos donde venden las excursiones en barco por el Duero (normalmente suelen regalar la entrada a algunas bodegas).
Después del paseo en barco es el momento idóneo para visitar algunas bodegas y degustar sus dulces vinos. Las bodegas más recomendables para nosotros son Ferreira, Sandeman y, por su museo, Ramos Pinto.
En la calle de las bodegas podéis coger un autobús para llegar al centro de la ciudad y desde allí coger el metro al aeropuerto.
Y si nos extendemos....
Si vais a estar más de dos días en Oporto y ya habéis hecho nuestro itinerario básico, no os preocupéis, todavía quedan muchas cosas interesantes por ver; el Museo Soares dos Reis, el Museo del Tranvía, la Iglesia San Lorenzo dos Grilos y un sinfín de lugares que no dejarán lugar al aburrimiento.