A menudo, todos, nos sentimos atraídos por los más lejanos destinos, y tomamos poco tiempo por conocer a nuestros vecinos de siempre. Especialmente es de mencionar Portugal, con quien compartimos buena parte de nuestra historia.
Un país situado al inicio (o final) de la geografía europea, y que muchos europeos conocemos poco.
Portugal es un país amable, generoso, colaborador, bien educado, muy bien educado, que se abre a sus vecinos con sinceridad y desprendimiento. Llegan a mi mente las ocasiones en que he podido pasear Lisboa, Estoril, Nazareth, entre tantos otros lugares. Todas las visitas han dejado en mi el recuerdo de sorpresas agradables. He dejado allí muchos amigos a los que no siempre he podido corresponder como se merecen.
Quien viaje a Portugal no puede dejar de apreciar su sabrosa gastronomía, con una exquisita ciencia de preparación del bacalao y otros pescados atlánticos. Tomar un vasito de ginginha, un vermut sazonado con guindas, en uno de sus numerosos puestos a pie de calle, suele ser un placer que invita a repetir.
De los monumentos de Portugal, poco más se puede decir. Son tantos y tan interesantes, que siempre me dejaría alguno por mencionar. Coexisten los más modernos y de diseños atrevidos con los más históricos, muy bien conservados, y con raros graffitti. Muchos están decorados con azulejos esmaltados, primorosamente pintados a mano con escenas históricas. El clima benigno permite que se mantengan jardines con plantas antaño traídas de los territorios de ultramar, siempre cuidados con respeto y esmero.
La cultura tiene su carácter propio, con sus canciones, sus poetas y su profusa literatura. Para muestra valga la poesía encontrada en los jardines del Castelo San Jorge, que cuida de Lisboa desde la altura. Es una oda ecológica al árbol, que lleva al viajero a una íntima reflexión.
El turismo es curiosidad en movimiento. Nos queda mucho por conocer, hasta que entendamos que todos los humanos somo iguales, con diferentes formas de expresión, pero con los mismos anhelos, siempre, en todas partes.
El turismo, la mejor máquina para crear progreso, prosperidad, entendimiento y libertad.
Volveremos a Portugal, siempre, pronto!