Schmilka es conocido como un destino acogedor de la región Dresde que está a orillas del río Elba, pero también es famoso por ser un destino totalmente orgánico. El Parque Nacional de la Suiza Sajona está como fondo de este lugar que se ha convertido en un paraíso ecológico, ideal para desconectarse y adentrarse en las tradiciones locales y sumergirse en la naturaleza o como es conocido, un refugio ecológico con apariencia de pueblo.

Cuando se llega a este lugar, es muy fácil reconocer sus casas rústicas, unas hechas de madera y otras en las que resaltan sus llamativos colores, que abren el camino por medio de la montaña hasta llegar al icónico molino de 1665, lugar que aún es usado para moler la harina y se elaboran productos tradicionales como pan y su cerveza orgánica  BrauManufaktur Schmilka propia de la región. La mayoría de las casas han sido convertidas en hoteles y apartamentos de alquiler vacacional que han llevado a que sea el primer refugio ecológico de Sajonia.

Bajo estos objetivos, los alojamientos del lugar son el punto de inicio adecuado para poder descubrir la cultura del pueblo y disfrutar del Parque Nacional de la Suiza Sajona. Allí se pueden encontrar casas ecológicas que han sido reformadas con varias habitaciones y restaurantes donde se puede encontrar cocina orgánica y local, también cuenta con una gran oferta de actividades relacionadas con la naturaleza, lo que ha llevado a que este lugar sea reconocido como el faro de la industria del turismo sostenible gracias a su concepto innovador siendo el pueblo más bonito de Sajonia desde 2017.

Este pueblo cuenta con 10 hoteles, apartamentos y casas rurales que conforman un conjunto de alojamientos de Schmilka, contando con un certificado de Biohotels. Lo que significa que además de la gastronomía, toda su actividad está ligada a lo orgánico y los muebles e instalaciones están hechos con materiales naturales, allí también se utiliza la energía renovable y tienen un sistema propio de reciclaje, apostando por una vida que impacte en el medio ambiente.

Este pilar ecológico también es aplicado a las actividades que ofrecen los hoteles: por medio de masajes ayudan a conectar el cuerpo con la misma naturaleza y hasta las experiencias en el parque nacional que disponen de saunas con vistas panorámicas y cabañas climatizadas para disfrutar en invierno.

Allí también se dispone de diez rutas para realizar senderismo que inician básicamente desde la puerta del hotel y van hasta la Montaña de la Mesa, el Tafelbergue y las rocas del Elba donde también es posible realizar escalada.

Algo que se destaca de este lugar es el compromiso que tienen con la alimentación sostenible, ya que en todos los alojamientos y restaurantes de este llamativo pueblo alemán, sus  menús están compuestos por alimentos orgánicos de temporada y de ser posibles comprados a los productores locales, además de los vegetales cultivados en sus propias huertas.

Aparte de la historia y la tradición cultural del lugar, allí también se puede acceder a otras joyas históricas que se encuentran a pocos kilómetros en bicicleta o en otro caso hacer uso del transporte público. Schmilka tiene una gran ubicación, ya que desde allí se puede llegar a lugares como Dresde o Praga, grandes ciudades que están a máximo una hora y media de distancia.

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