Vieux-Port: en el corazón de Marsella, este pintoresco puerto está lleno de barcos de pesca, restaurantes y mercados de pescado fresco. El Vieux-Port también cuenta con un pequeño mercado donde se vende directamente pescado fresco varias veces por semana.
Basílica Notre-Dame de la Garde: Situada en una colina, esta basílica es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. El panorama desde la Basílica Notre-Dame-de-la-Garde es excepcional: una amplia vista sobre la ciudad de Marsella, que se abre ampliamente al oeste sobre el mar y está bordeada de colinas.
Calanques: estas impresionantes calas y acantilados se extienden desde Marsella hasta Cassis. Un calanque es una formación geológica muy especial formada por rocas calizas. Son grandes calas rocosas que forman una estrecha hendidura que se adentra en la tierra. Se encuentran muchas en el Mediterráneo.
Le Panier: es el barrio más antiguo de Marsella. Con sus callejuelas estrechas, sus edificios de vivos colores y sus encantadoras plazas, es el lugar perfecto para explorar la historia y la cultura locales.Le Panier está situado en la parte más antigua de Marsella, al norte del Vieux-Port, detrás del Hôtel de Ville. Esta zona alberga tres colinas: la Butte Saint-Laurent, la Butte des Moulins y la Butte des Carmes.
Musée des Civilisations de l'Europe et de la Méditerranée: este museo destaca por su arquitectura moderna y su interés por la historia y la cultura de la región mediterránea, así como por su programa de exposiciones temporales, a menudo vinculadas a acontecimientos artísticos o sociales de actualidad. El museo también organiza exposiciones temporales, a menudo vinculadas a acontecimientos artísticos o sociales de actualidad. Su objetivo es mostrar la continuidad histórica y social de esta zona de civilización, así como las tensiones que la han afectado en el pasado y siguen haciéndolo en la actualidad.
Fort Saint-Jean y Fort Saint-Nicolas: Estos fuertes históricos ofrecen unas vistas espectaculares del puerto y la ciudad. El Fuerte Saint-Jean se encuentra a la derecha, frente al Puerto Viejo. Forma parte de un complejo militar indisolublemente ligado a la historia de Marsella. Antigua comandancia de los Hospitalarios de Saint-Jean, sirvió de punto de partida a las tropas que se dirigían a Jerusalén durante las cruzadas del siglo XII.
Palais Longchamp: impresionante edificio del siglo XIX que alberga un parque, una fuente monumental y dos museos: el Musée des Beaux-Arts y el Musée d'Histoire Naturelle. Las playas del Prado son una urbanización artificial del litoral marsellés, iniciada a finales de los años 70 por Gaston Defferre. Con una superficie de 20 hectáreas ganadas al mar, se construyeron con el relleno de las obras de las dos líneas de metro de Marsella.
Cathédrale Sainte-Marie-Majeure: esta catedral neobizantina es una de las más grandes de Francia, con su impresionante arquitectura y su ubicación frente al mar. Su notable arquitectura, su imponente tamaño y su rica decoración la convierten en uno de los monumentos más emblemáticos de Marsella.
La Cité Radieuse: La Cité Radieuse, también conocida como "Unidad de Habitación", es una obra emblemática del arquitecto marsellés Le Corbusier. Construida entre 1947 y 1952, es un importante ejemplo de arquitectura modernista. Con sus 337 pisos repartidos en 17 plantas, está concebido como una "ciudad vertical", que ofrece a sus residentes instalaciones colectivas y espacios de vida en común. Su estructura de hormigón en bruto, sus amplios balcones y su tejado plano la convierten en un símbolo de la vida urbana del siglo XX. Aún hoy, la Cité Radieuse sigue siendo un icono arquitectónico y un lugar vibrante para vivir en Marsella. (Foto Unplash)