Las Islas Baleares son el destino turístico por excelencia en las temporadas más veraniegas, pero hay quien prefiere disfrutar del archipiélago en temporadas más tranquilas porque las islas ofrecen mucho más que sol y playa.
Por ello, Baleares ofrece una última oportunidad para aquellos que quieran acabar el año de la mejor manera posible: conociendo la isla a través de un amplio abanico de actividades y eventos para elegir y disfrutar al máximo de las riquezas que contienen las islas.
Mallorca: patrimonio y naturaleza
Conocer Mallorca es todo un reto para aquellos indecisos. Su privilegiada disposición, su diverso patrimonio cultural, sus encantadores rincones naturales y su gastronomía harán que el último viaje del año sea algo único.
En la capital mallorquina hay diferentes formas de pasar un buen rato mientras paseas tranquilamente por sus calles decoradas con sus majestuosas luces. Para disfrutar del espíritu navideño, se puede realizar un tour por algunos de los sitios más emblemáticos de la ciudad como la Plaza Mayor, las Ramblas, la Porta Pintada, la Plaza de España y la Parc de les Estacions, donde se encuentra ubicado un enorme árbol de navidad de 23 metros de alto.
Además, en la ciudad habrá un mercadillo de lo más navideño, la Fira de Nadal i Reis, repartido por las plazas de Espanya, plaza Mayor, plaza de la Porta Pintada, la Rambla y vía Roma. Estará distribuido en diferentes puestos en los que se podrán encontrar productos artesanales típicos de las islas como artículos de cerámica, cuero, grabados, joyería, carpintería, metal, textil, así como productos alimenticios de lo más deliciosos. También puestos con belenes, árboles de Navidad, velas decorativas, flores artificiales, juguetes y objetos de decoración típicos de esta época del año.
Otro de los planes más característicos de este mes es la ruta de belenes que consiste en visitar diferentes pesebres a lo largo de un recorrido por las diversas instituciones, iglesias y centros comerciales. Entre los más destacados se encuentran el belén mallorquín del Centre cultural o el belén del mercado de Santa Catalina.
Otra de las tradiciones imprescindibles es el Cant de la Sibil-la, un drama litúrgico, de melodía gregoriana que alude al llamado juicio final apocalíptico. Además, hoy forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. Solo es posible disfrutar de este canto ancestral que se entona ininterrumpidamente desde hace siete siglos, el 24 de diciembre en la tradicional Misa de Gallo que se celebra en todas las parroquias e iglesias de Mallorca. Las más conocidas son en la Catedral de Mallorca, en Palma o en el Santuario de Lluc, en Escorca.
Más allá de la Navidad, Mallorca ofrece planes perfectos para conocer la versión más pura de la isla. Sus reconocidas playas son algo irresistible y la mejor forma de recorrerlas en esta temporada es a través de un tranquilo paseo a caballo. Pero no solo sus playas son ideales, sino que la isla goza de espacios naturales con paisajes preciosos e inigualables rincones escondidos en los que se pueden realizar rutas de senderismo como las Coves Blanques en Cala San Vicente, la ruta Puig de Son Fe, la ruta de la Ermita de la Victoria a la Talaia de Alcudia o el cami Vell de Lluc.
Para terminar la visita a Mallorca de la mejor manera hay que degustar su comida típica invernal, con platos como la Sopa de Nadal, elaborada con pan, carnes, verduras y hortalizas o el bullit de Nadal, un cocido elaborado con tocino y carne de aves de corral y cerdo.
Menorca: aventurera y gastronómica
En diciembre, la isla de Menorca ofrece interesantes experiencias para sus visitantes y locales. Entre ellas visitar los encantadores pueblos decorados en los que se distribuye la isla para disfrutar de su distinguida artesanía y gastronomía en mercadillos de lo más navideños. El más reconocido es el de la ciudad de Maó, con todo tipo de artículos, desde elementos de decoración, ropa, zapatos, artesanías varias y por supuesto, exquisita comida local navideña casera. Además, en Maó se monta una extensa pista de hielo en la que se puede disfrutar de una experiencia de lo más divertida.
En Menorca también se pueden disfrutar de platos típicos de estas fechas, como son los panecillos rellenos de carne picada, así como el cuscussó, un postre de claro origen árabe. Igualmente, también merece la pena probar los pastissets, unas pastas en forma de flor y la pomada, una bebida realizada a base de ginebra y que es muy típica de las fiestas menorquinas.
Ibiza y Formentera para los amantes de la tranquilidad
La isla de Ibiza encierra tantos atractivos que son infinitas las posibilidades para disfrutar de unas vacaciones en diciembre. Como el resto de las islas, en Ibiza se puede disfrutar de un mercado de Navidad y productos navideños en el paseo de Vara de Rey, de 11 a 14 horas y de 17 a 21 horas. También, en una de sus plazas más emblemáticas, la plaza de Antoni Albert i Nieto, se puede pasar un buen rato con la invernal experiencia de patinar sobre hielo.
Recorriendo las calles ibicencas cualquier viernes de diciembre entre las 4 y las 8 de la tarde es posible llegar hasta el característico Mecart Nou en el que se puede degustar la gastronomía típica de la isla mientras suena música en directo.
La pequeña isla de Formentera también se llena de vida durante el mes de diciembre. Sus calles se iluminan y se montan puestos donde las compras navideñas son de lo más originales. Comienzan desde finales de noviembre, con el Mercat de Nadal, instalado en la plaza de la Constitució de Sant Fransec. También se pueden encontrar mercadillos hippies como el de La Mola, muy típicos de la isla.
La isla tiene platos que generalmente solo se cocinan en navidades y que son todo un gusto para el paladar. La Playa de Migjorn es el mejor sitio donde degustar platos típicos de temporada como el Sofrit Pagés, un plato con carne, patatas y embutidos típicos de las Baleares o probar la Salsa de Nadal elaborada a base de almendras peladas, caldo de carne y azúcar que curiosamente se come acompañada de un bizcocho.
Queda claro que el archipiélago balear ofrece más que sol y playa, así como planes navideños. Su distinguida cultura, artesanía, gastronomía y encantadores rincones naturales hacen de las islas el destino ideal para terminar el año de la manera más auténtica posible.