A sólo una hora al este de las calles empedradas y la colorida arquitectura colonial española del Viejo San Juan
Una sinfonía de cantos de aves endémicas y el croar de las ranas coquíes resuena a lo largo de esta nueva ruta de senderismo. Desde serenas costas hasta cumbres montañosas, el flamante sendero noreste muestra la diversidad paisajística y la belleza natural de Puerto Rico: un magnífico recorrido por cuatro municipios y las zonas protegidas de la isla.
Comenzando en el extremo noreste de Puerto Rico, en Fajardo, junto a los arrecifes de coral y la bahía bioluminiscente, el sendero de 57,7 km recorre el Corredor Ecológico del noreste, situado entre Fajardo y Luquillo. Atravesando playas escondidas, plazas de pueblo y senderos escarpados, los excursionistas pueden subir hasta el punto más alto de El Yunque, situado a más de 700 metros sobre el nivel del mar. Al llegar a la cima, los ambiciosos excursionistas se verán rodeados por una niebla fresca, mientras el cielo está tan cerca que casi se puede tocar.
El Yunque, el único bosque tropical lluvioso del Sistema Forestal Nacional de Estados Unidos, es el escarpado corazón de la aventura en la isla. La abundante zona natural es extremadamente biodiversa, con 240 especies de frondosos árboles y arbustos, además de abundantes cascadas, ríos, arroyos y riachuelos. El Yunque, conocido como el Bosque Nuboso, se considera sagrado en la cultura puertorriqueña.
En la parte sur del bosque aún se pueden encontrar petroglifos taínos que indican que el bosque siempre ha sido un lugar de gran importancia para los habitantes primitivos de la isla.
La ruta del noreste lleva a los excursionistas a través de 56 kilómetros de selva tropical, con un desnivel total de casi 2.500 metros. Es recomendable viajar lo más ligero posible, pero con abundante agua para garantizar un trayecto seguro en condiciones de calor y humedad. Con un tiempo medio de recorrido de 17 horas y 32 minutos, el sendero noreste suele incluir una parada para que los excursionistas acampen y disfruten de un merecido descanso en el idílico entorno de la selva tropical, rodeados de exuberante vegetación y una sinfonía de sonidos de ranas coqui autóctonas. El sendero termina en la entrada de El Toro, una zona elevada en el extremo occidental de El Yunque, donde los visitantes pueden disfrutar de las vistas de la selva tropical y tomarse un momento para apreciar el final de este viaje inolvidable.