Aumento de la demanda, menos nieve, sostenibilidad y más expectativas de calidad
El turismo que vive de la montaña con un énfasis en la nieve se enfrenta a unos impactos globales que se basan en el cambio y crisis climática, subiendo las temperaturas y disminuyendo la innivación en una latitud y altitud, y menos agua lo que cada vez es y será más difícil dar respuesta.
La situación en los Pirineos y en general en toda la Península ibérica se hace muy complicada ya que la ausencia de lluvias ha hecho muy complicado tener agua embalsada para su uso en los cañones de nieve fabricada, que además en algunos lugares tendrán que competir con otros usos productivos, domésticos e incluso para la vida silvestre, algo que sin duda estará muy mal visto y será poco asumible y menos sostenible.
Hay un estación que es un ejemplo, guste o no, de apuesta por lo más natural, que ha renunciado al uso de la nieve artificial o producida y que ha optado por ser un centro de montaña 365. Es Artouste y está en el Pirineo Francés, justo al otro lado de Formigal.
Las expectativas del turismo de nieve ante un escenario de aun mayor incertidumbre
Por tanto si buscamos centros o estaciones de montaña donde pueda asegurarse la nieve y relativamente cerca, entonces sin duda la respuesta son Los Alpes y sin dejar a nadie de lado hay que admitir que las estaciones francesas ocupan un lugar privilegiado por su calidad/precio.
En un escenario como el actual y con una tendencia clara a no cambiar mucho, la garantía de nieve es crucial en este turismo y por ello ya algunos resorts, como es el Club Med, ofrecen una clausula de garantía, por la que los clientes en caso de no haber suficiente nieve en la estación, son llevados a otra que si tenga. Claro que la ventaja de esta cadena de Club-Med es que posee diferentes complejos a lo largo de Los Alpes y a diferentes altitudes, lo que facilita sin duda alguna esta garantía y en parte es no depender de nieve fabricada, lo que lo hace mucho más sostenible.
…Tuve la oportunidad de experimentarlo viajando al Club-Med de Samoëns, en el Grand Massif
Además la demanda exige cada vez más alto un compromiso claro y perceptible de un destino de nieve sostenible en los que se pueda percibir sus beneficios de forma clara y por otra parte también una mayor calidad y confortabilidad.
Como respuesta a estas expectativas el Club Med que tiene diferentes propiedades a lo largo de todos los Alpes, se ha comprometido desarrollando un esquema de sostenibilidad turística que además cuenta con su garantía de certificación.
Por resumirlo en unas pinceladas a nivel global de esta cadena: el 100% de los nuevos Resorts tienen el certificado ecológico de eco-construcción BREEAM (o equivalente) desde 2018. Hay 46 Resorts con el certificado Green Globe gracias a la gestión sostenible (100% en 2021); Más de 20 Resorts tienen el certificado Ecoleader de TripAdvisor®: Los Circuitos de Exploración de Club Med cuentan con el certificado ATR desde 2017 y claro hay una apuesta clara por lo que su clientela está solicitando cada vez más: gastronomía en base a una agricultura local o Km0 y cada vez mas orgánica, eliminación del plástico, economía circular o reducción del desperdicio y fomentar o exigir a sus proveedores bienestar animal. La imagen del Club Med no es precisamente de un complejo turístico sostenible como otros destinos de sol y playa, pero la imagen, su percepción y la realidad son visiones diferentes y subjetivas que hay que conocer para apreciar la labor.
El todo incluido tiene una demanda cada vez mayor, ya que las exigencias de confortabilidad para los turistas son cada más importante. De hecho basta con ver la tremenda variedad de tipos de clientes y nacionalidades que se encuentran en estos centros.
Volviendo a la confortabilidad para los que conocen este tipo de turismo y deporte, saben bien lo que implica transportar el equipo (especialmente en los aviones), comprar la mejor tarifa de forfait o ski-pass (que a veces se necesita una guía), tener que moverse con coche o bus, no pensar en comidas o bebidas, y claro salir del edificio o resort directamente a las pistas, lo que por cierto evita tener que usar transporte público o privado (un punto más en la sostenibilidad)
Para ello esta vez tuve la oportunidad de experimentarlo viajando al Club-Med de Samoëns, en el Grand Massif , con 266 km y 62 remontes de dominio esquiable a poco mas de 1 hora por carretera del aeropuerto de Ginebra. Un área realmente bonita, divertida, bien diseñada que comparten 5 estaciones conectadas: Flaine, Les Carroz, Morillon, Samoëns y Sixt , con un desnivel increíble que va desde los 700 m del fondo del valle hasta los 2.500 m, (pero gran parte de las pistas se localiza a partir de los 1.500) y curiosamente fue en Les Carroz en el 1939 donde se instalo el primer remonte mecánico de la historia.