Alrededor de 1.000 millones de personas en el mundo presentan algún tipo de discapacidad, y dentro de ese grupo, 466 millones presentan pérdida auditiva, según cifras recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por lo tanto, el turismo incluyente o también llamado turismo para todos, debería tener mayor relevancia, ya que estas personas necesitan entornos, productos  y servicios  turísticos accesibles, para recorrer el mundo con facilidad y disfrutar en igualdad de condiciones. 

Sin embargo, los viajeros con pérdida auditiva, actualmente pasan desapercibidos en la industria del turismo, por ser considerados con una discapacidad invisible, ya que a diferencia de otras discapacidades, la sordera no se percibe a simple vista. Junto con esta falta de visibilidad de la sordera, la legislación en torno a la accesibilidad en espacios públicos y privados, también juega un papel importante, debido a que las normativas actuales que rigen el sector del turismo, son poco concretas en lo referente a la accesibilidad auditiva, y esto hace que las pocas adaptaciones que exigen, vayan enfocadas solo a eliminar barreras físicas y mejorar la seguridad, dejando de lado la propia experiencia. Así que hoy ponemos el foco de atención en algunas barreras de accesibilidad que encuentran los viajeros sordos:

Aeropuertos

La principal limitación a la hora de desenvolverse con fluidez en el entorno, tiene que ver principalmente con la comunicación. Casi toda la información relevante se emite de forma acústica: retrasos de vuelos, cambios de puertas de embarque, últimos avisos para coger el el avión, comunicados de los pilotos y personal del avión, etc. Por lo tanto, las personas sordas para no perderse toda esa información, deben estar pegados a una pantalla, hacer uso de apps o intentar comunicarse con el personal de información, que en ocasiones no reacciona bien,  porque la situación les resulta incómoda y no están preparados para atender a personas con diferentes discapacidades.

Hay aeropuertos, sobre todo en países asiáticos y en Oriente medio, con un alfabeto muy diferente al occidental, que a pesar de encontrarse bien señalizados, no están debidamente adaptados a los viajeros sordos de procedencia internacional. Lo mismo ocurre en el caso contrario, con los viajeros que llegan de tierras orientales a territorio occidental. Así que debería existir una señalización que permita la identificación inmediata, para hacer que la experiencia sea mucho más fácil y poco traumatizante para el sordo que quiera viajar a otro país o continente.

aeropuertoImágen: Freepik

Tren

En este medio de transporte normalmente se informa a los pasajeros a través de vía oral, lo que hace que no hayan suficientes adaptaciones visuales, y en el caso de que la persona sorda no conozca el destino y se guíe por los anuncios que ve en pantalla, pueda perderse o sentirse inseguro a la hora de viajar.

tren copyImágen: Freepik

Hospedaje

Lastimosamente la falta de servicios accesibles no afecta únicamente al transporte, sino que los destinos turísticos tampoco terminan de adaptarse a las necesidades del público sordo.

Los hoteles por norma general, carecen de personal preparado para atender a huéspedes con problemas de audición, como también con servicios pensados en las necesidades especiales de los sordos, como por ejemplo, que dentro de las habitaciones en tema de emergencias, cuente con una señal luminosa que pueda avisar a los huéspedes sordos, y de igual manera servirá para los oyentes, en el caso de incendios.

hospedajeImágen: Freepik

Visitas guiadas, museos, y actividades turísticas en grupo

También para las visitas guiadas, los museos y otro tipo de actividades turísticas, deberían contar con personal intérprete de señas, ya que así como cualquier otro viajero, las personas sordas también les gustaría recibir la misma información de los lugares que conocen, y no tener que buscar la información por internet o vivir desinformados por la falta de comunicación asertiva. 

guia turisticaImágen: Freepik

Teniendo en cuenta los ejemplos anteriores, es evidente que existe un desconocimiento a nivel global de la importancia de que hoteles, compañías aéreas, aeropuertos y estaciones de tren y autobús están correctamente adaptados a personas con pérdida de audición.

Esta falta de conciencia impide, no sólo que los sordos puedan disfrutar de viajar sin preocupaciones, sino que los hoteles, aerolíneas y empresas dedicadas al sector no sepan aprovechar las ventajas de adaptar su oferta a un target con unas características muy concretas y con un potencial tan fuerte como lo es la comunidad sorda, que siguen pagando como los demás turistas, pero la falta de accesibilidad les impide disfrutar de los mismos servicios.

Es momento de reivindicar el turismo accesible, para que la comunidad sorda tenga derecho a disfrutar de las mismas experiencias que cualquier otra persona, y puedan descubrir nuevas culturas, conocer gente nueva, vivir experiencias únicas e inolvidables, deleitarse con las exquisiteces gastronómicas típicas de cada lugar, lo cual enriquece a cualquier persona, y sin embargo les cuesta más que a nadie.

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