A pocas semanas de la llegada de las celebraciones de Navidad y año nuevo, muchos se estarán haciendo esta pregunta, debido al incremento de los casos en esta segunda ola del coronavirus. Aunque por el momento no hay nada claro, ya se empiezan a notar dos posiciones frente a este tema que genera un gran debate económico y sanitario.
Por un lado, están los que apoyan la posición de Esther Duflo y Abhijit Banerjee, premio Nobel de Economía en 2019, los cuales han planteado la posibilidad de imponer un confinamiento "duro" en los primeros 20 días de diciembre para permitir la celebración de los festejos y evitar los estragos económicos que causaría su cancelación.
Los prestigiosos economistas, afirman que esta medida sería la última oportunidad para salvar las fiestas más consumistas del año, ya que de lo contrario, desde los fabricantes de juguetes, hasta los empresarios de alimentación se verán realmente afectados y quedarán en quiebra. Por lo tanto, aconsejan poner cuanto antes suficientes medios sanitarios para controlar los contagios y evitar la saturación hospitalaria, más se minimizará el riesgo de una tercera ola, y se aspirará celebrar la Navidad en familia.
Sin embargo, los profesionales de la salud plantean que dicha prevención debe hacerse en momentos en los que haya menor número de contagios, no durante la transmisión comunitaria, para que la trazabilidad y los rastreadores tengan su efecto.
Los médicos temen que una vez pasadas las fiestas, se produzca un cierto efecto rebote, y los contagios, reducidos en periodo de confinamiento, vuelvan a repuntar. Por tanto, una cuarentena de 15 días en diciembre, similar a la que proponen los economistas, podría generar una falsa sensación de bienestar, ya que en ese período, a pesar de haberse reducido las cifras, se generarían nuevos contagios que serían diagnosticados unos 15 días después, debido al tiempo de incubación del virus.
Así que la idea de celebrar estas fechas en familia en tiempos de pandemia, aumenta el riesgo de contagio en grupos vulnerables como el caso de las personas mayores, ya que el ambiente familiar, genera una "falsa sensación de confianza" que hace estar a las personas mucho menos prevenidas, lo cual elevaría el riesgo de la enfermedad, el nivel de mortalidad y los ingresos hospitalarios. Por lo tanto, desde la perspectiva sanitaria, recomiendan evitar las aglomeraciones propias de estas fiestas y ser conscientes que en el 2020 las fiestas serán diferentes, ya que de ello dependerá el inicio de la normalidad el próximo año.
Mientras no se empiece a administrar la vacuna contra el coronavirus, el sentido común nos debe llevar a seguir cumpliendo con las medidas de prevención en estas fechas especiales para cuidar a nuestros seres queridos, y tener claridad que esta navidad tendrá las siguientes restricciones:
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Movilidad:Las restricciones de movilidad dependen básicamente de la evolución de la pandemia en las próximas semanas, sin embargo, se trata de un confinamiento perimetral, de manera que no se puede entrar y salir de estas localidades excepto por causas de fuerza mayor: trabajo, médico, examen inaplazable, etc.
Aforo: Parece que lo que está más claro es que las reuniones con amigos y familiares en domicilios estarán limitadas a máximo seis personas. No hay que olvidar que en la segunda ola del Covid-19, la gran mayoría de los brotes se han dado en el ámbito familiar, y eso es precisamente lo que se quiere evitar.
Ventilación: Aunque para esta época, el clima es frío, en la medida de lo posible las autoridades sanitarias recomiendan cuidar al máximo la ventilación.
Uso de mascarilla: Aunque el uso de la mascarilla en el interior de los domicilios es algo que las autoridades no pueden imponer, sí es 100% recomendable. Así que llevar puesta la mascarilla siempre que no estemos comiendo es algo que deberíamos hacer todos.
No compartir platos y copas: Para minimizar el riesgo de que el resto se contagien si hay una persona con Covid-19, lo mejor es servir a cada comensal su plato.