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Canarias se encuentra en una encrucijada agravada por dos crisis de calado: la pandemia a del Covid y la emigración galopante que sobrepasa  a las  islas. 

Las trágicas horas que se están viviendo en Canarias, y los mensajes que recibimos de las islas, nos obligan intervenir nuevamente con nuestra opinión sobre el tema, basado naturalmente en la larga experiencia que atesoramos, y nuestra dilatada vida socio-empresarial, no solo en nuestras islas sino durante muchos años en esta triste desaparecida Venezuela.

Las islas están pagando el tributo de no haber tenido los gobernantes apropiados en algunos momentos claves de su desarrollo.. Sin entrar en el tema de su pertenencia a “las regiones ultraperiféricas”, o como eufemísticamente quieran llamar a ese conglomerado de territorios que siguen siendo colonias europeas, estas islas africanas han vivido desde su conquista con la mira puesta en Europa, como puente con el mundo americano desarrollado bajo los esquemas españoles.

La historia está ahí para quien quiera empaparse de todo lo que supusieron las islas para la penetración en la vida socio-económica de América, Incluido, ¿cómo no?, los EE.UU.

La evolución del mundo nos ha traído ahora a las islas la desgracia de la covid-19, y nos ha dejado a las islas en la más miserable ruina.

Las estructuras endebles que sostenían un imponente desarrollo turístico, se han venido abajo por la falta de previsión de las autoridades competentes en el rubro de la sanidad. Esto no tiene discusión.

Tampoco tiene discusión – y alguien tendrá que responder de ello - que para enfrentar el problema se tomaran unas “medidas preventivas” equivocadas sin medir sus consecuencias. Hoy no está claro, ni nada parecido, como se va a poder salir de esta complicada situación que cada vez parece magnificarse más.

Para agravar esta catástrofe, las islas están siendo invadidas por mar, por emigrantes africanos que se juegan la vida en embarcaciones rudimentarias, perdiendo la vida muchos de ellos, y que en pocos meses ya se cuentan por miles. El descalabro, el desconcierto y la imprevisión están a la orden del día.

Artículos retóricos sobre el tema, asociaciones oportunistas, y alocadas declaraciones matizadas por intereses políticos, es todo lo que se está haciendo para resolver esta desgraciada, sangrante y macabra situación. No parece que se vayan a tomas las necesarias medidas para parar esta invasión pacífica que padecen las islas.

La solución inmediata, sin duda es, el impedir la salida desde el continente africano de esas embarcaciones rudimentarias, o localizarlas en alta mar antes de que alcancen cotas cercanas a las islas, devolviéndolas a sus puntos de partida, algo que se venía haciendo desde hace ya algunos años, y que ignoramos cumplidamente el porqué no se realiza ahora, si bien hemos leído algo a su referencia tratado en el Parlamento de Canarias.

Nos encontramos frente a un tema de repercusión mundial, cuya causa principal ha sido la explotación del continente africano sin pensar para nada en su población nativa. Algo que ocurriría también, en otras latitudes, pero donde “los conquistadores” se encontraron con personajes humanistas que defendieron hasta la muerte la idiosincrasia de sus pobladores y sus derechos humanos. La historia esta llena de estos héroes.

Los gobernantes canarios tiene que exigir que la Comunidad Europea – cuyos responsables de esta catástrofe se encuentran dentro de ella - aplique de inmediato un potente plan de desarrollo del continente africano, para que sus pobladores puedan disponer de un nivel de vida digno que no les obligue a jugarse la vida para poder subsistir.

Impulso a su agricultura, pesca – a los efectos de la alimentación – obras civiles de todo tipo, industrialización de sus recursos, y un organizado comercio, son elementos claves que hay que activar de inmediato.

De sobra saben los europeos que esta es la fórmula. No estamos descubriendo otra cosa que no sea la tremenda corrupción – en toda la extensión de la palabra – que impera en sus altas esferas gubernamentales cuyos emolu-mentos económicos alcanzan cifras vergonzosas.

Las Islas Canarias necesitan esa atención urgente y preferente al continente africano. Todo lo que no sea eso, será pan para hoy y hambre para maña

Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas. ONU

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