El mundo de hoy no es el mismo que cuando surgió el Marketing hace ya más de 100 años, y seguramente en el futuro será aún más diferente.
Pensamos que no podíamos dar por terminada esta serie de artículos de opinión, sin antes externar algunas reflexiones sobre la evolución experimentada por el marketing desde su aparición como disciplina empresarial en 1910, dada la significación que dicha evolución tiene en la eficacia de su gestión. Evolución en la cual ha cambiado de enfoques e incorporado nuevos instrumentos que lo hace cada vez más eficiente en su constante esfuerzo por satisfacer las necesidades y expectativas de los consumidores y usuarios de los productos y servicios que las empresas y entidades públicas ofrecen en los mercados. Reflexiones que pensamos pueden alertar sobre la imperiosa necesidad de mantenerse actualizado sobre dichos cambios para evita, no sólo caer en la obsolescencia del saber, sino también el intrusismo profesional en turismo por personas carentes de conocimientos y experiencia en la actividad. Aspectos estos que ameritan algunos comentarios, los cuales enseguida pasamos a externar.
LA OBSOLESCENCIA DEL SABER
El mundo de hoy no es el mismo que cuando surgió el Marketing hace ya más de 100 años, y seguramente en el futuro será aún más diferente. El Marketing ha cambiado, como han cambiado las instituciones, la tecnología y el entorno de los mercados en los cuales estas instituciones desarrollan sus actividades. Sin embargo los Organismos de Turismo no han evolucionado en la misma forma, y a menos que los responsables de conducir sus actividades se mantengan actualizadas sobre dichos cambios, la obsolescencia del saber seguramente no les permitirá conducir eficazmente las acciones para el logro de los objetivos básicos hacia los cuales apuntan dichas entidades y por las cuales tienen razón de ser.
Objetivos que para todas las entidades, sean estas pública o privada, siguen siendo los mismos, a saber: supervivencia, crecimiento y utilidades. Es muy claro que en el mundo occidental no hay posibilidad de supervivencia sin utilidades. Por lo que si las entidades no se adecuan a las modificaciones que se registran en el entorno del mercado, desaprovecha una oportunidad existente en el mismo, o bien, no perciben a tiempo una amenaza de la competencia, no tienen posibilidades de sobrevivir. Al respecto es conveniente recordad, una vez más, lo mencionado por P. Kotler quien al referirse a tal posibilidad expresó: “Las compañías exitosas serán las pocas que logren que su marketing cambie tan rápido como su mercado”
No obstante, a pesar que muchos países han incorporado al turismo a las actividades de su Administración Pública para obtener de este los beneficios que indudablemente brinda para coadyuvar al desarrollo económico, no sólo no se preocupan por mantenerse actualizados sobre los cambios que se producen en la evolución del marketing y en los mercados, sino que ni siquiera se tiene en cuenta que el desarrollo de la demanda requerida para una conducción eficiente del sector depende precisamente de la eficacia de las acciones que llevan a cabo con ese propósito. Designando para dirigir dichas acciones a personas carentes de formación y experiencia en las mismas, relegando para ocupar dichos cargos a los profesionales que forma el sector educativo. Lo cual nos lleva a reflexionar sobre otro aspecto que caracteriza al sector, que puede observarse especialmente en el caso de ciertos Organismos de Turismo en Latinoamérica, y que es el intrusismo profesional en la conducción del turismo, al cual nos referimos a continuación.
EL INTRUSISMO PROFESIONAL EN TURISMO
El intrusismo no es algo nuevo en turismo. Ya se daba en España en los primeros años de la década de los años 70 del siglo pasado, y era seriamente cuestionado por los especialistas de la época por la usurpación de funciones por profesionales de otros campos, carentes de conocimiento y experiencia en materia de turismo.
Entendiendo por intrusismo “al ejercicio fraudulento de una profesión sin la titulación correspondiente”. Ejercicio fraudulento que, como lo mencionáramos, en Latinoamérica es posible observar, por lo menos, dos tipos diferentes de Intrusismo Profesional en Turismo, a saber: la de los Políticos que acatan la Línea del Partido al cual pertenecen, sin ser especialistas en el tema, y el resultante de las Alianzas Electorales entre los distintos Partidos Políticos para competir y mejorar los resultados electorales, acuerdos de pluripartidismo mejor conocidos en la práctica como “Coaliciones de Gobierno”.
El Intrusismo se produce en la gestión pública del turismo a pesar de los esfuerzos que realiza el Sector Universitario para formar los especialistas en este campo específico de actividad. Los políticos que acatan la Línea del Partido al cual pertenecen, o que participan en una Coalición de Gobierno, e incluso profesionales fracasados en sus propios campos de especialidad, incursionan en turismo por considerarlo una actividad sencilla, sin tener conocimiento ni experiencia previa en la conducción del mismo, buscando y aceptando cargos personales que les aseguren su continuidad en el medio político, dependiendo del erario público.
Lo cierto es que los estudios científicos demuestran que el turismo es una manifestación de la Conducta Social, auto-creada por las propias personas, la cual tiene lugar en el tiempo libre, y que como tal, forma parte de las actividades del ocio. Existe una amplia bibliografía sobre los estudios realizados por reconocidas autoridades en la materia que así lo confirma, y es la que soporta los programas universitarios para la formación profesional de los especialistas en este campo específico.
En nuestra opinión el intrusismo profesional en turismo es consecuencia de la inoperancia de los controles gubernamentales, y la inexistencia de los “Colegios de Profesionales Universitarios en Turismo”, entidades estas que debieran Regulador la Profesión tal como sucede en otros campos, entre los que podemos citar a la Economía, Ingeniería, Medicina, y otras profesiones universitarias que requieren título para su ejercicio. Lamentablemente en turismo no se han creado este tipo de entidades reguladoras de la profesión, y ello ha facilitado la usurpación de funciones por parte de oportunistas que solo buscan una posición política en los gobiernos en turno.
Pensamos que la Administración Pública no debiera designar para conducir la actividad turística a personas carentes de formación y experiencia específica en turismo, porque se estaría usurpando o falseando una función que no le pertenece. Desde nuestro punto de vista es una falta de respeto al Sector Universitario, el cual debería ser fortalecido para mejorar la propia capacidad de gestión de la Administración Pública para el cumplimiento de los cometidos que la Ley Nacional de Turismo le fija en materia de turismo.
Para terminar, y a modo de conclusión, diremos también, que no se pueden desconocer los Principios Éticos que deben regir a la Administración Pública, de los que destacamos, entre otros, a los de: legalidad, honestidad y el respeto a las profesiones. Todo lo cual implica evitar conductas en la gestión del Marketing en su contexto que puedan generar errores de interpretación sobre precios, calidad o cobertura de los productos y servicios ofrecidos por los destinos, que puedan afectar su capacidad competitiva para el desarrollo de la demanda necesaria para el logro de los propósitos por los cuales el turismo ha sido incorporado a citada administración. (freepik foto)