Hace unos días almorcé en Madrid con el coordinador del Corredor Sudoeste Ibérico en red, Antonio García Salas, en presencia de José García Seco,
un empresario que promueve los productos agroalimentarios extremeños en la capital de España para hablar y difundir lo que supone este concepto del Corredor del Sudoeste.
Lo primero que hago es tomar un texto del editorial de la revista que me entregó Salas y que lo define muy bien: “No existe ni en la mente de las personas ni en las infraestructuras que lo hagan posible. Pero es la denominación que le damos al espacio comprendido entre Madrid y Lisboa concebido como un eje de flujos expandidos por todo el Sudoeste de la Península Ibérica, entendido no como un territorio estático delimitado por fronteras, sino como un corredor de flujo de personas, mercancías, conocimiento y energía generador de riqueza y vida, y conectado en redes globales”.
Se trata de una región ibérica, europea y global, uno de cuyos fundamentos es el del transporte entre Madrid y Lisboa por ferrocarril, algo muy demandado por la sociedad extremeña, pero es mucho más amplio, ya que se estudian hasta 20 corredores más, que tratan los temas más interesantes, como el espacio con el mayor número de declaraciones Patrimonio de la Humanidad de todo el mundo, en total 24 declaraciones, desde la Torre de Belem, en Lisboa, pasando por el Parque Tajo/Tejo Internacional en Extremadura y Alentejo, las minas de Almadén, en Ciudad Real, o el paisaje cultural de Aranjuez, en Madrid.
Hay muchísimos temas que tienen que ver con el turismo, como los corredores del turismo cultural o el de los rodajes de películas, el corredor gastronómico o el de los espacios naturales, el turismo del cielo limpio en estas zonas de la Península, además de ser Extremadura la región española con más costa de agua… dulce. Por seguir con la relación, se estudian los grandes festivales hispanos portugueses, como el del Teatro Clásico Greco - romano de Mérida o el de Teatro Clásico Español de Almagro, el de las Artes de Alentejo o el de jazz de Toledo, sin olvidarse del turismo de congresos o el deportivo en golf. En estas regiones se mueve mucho el tema agroalimentario de gran calidad, como el aceite, el vino, el tomate, el queso o el jamón, así como las ganaderías cualificadas.
En resumen, con la potenciación del Corredor del Sudoeste Ibérico, que está en la frontera más antigua de Europa, la hispano-portuguesa, se quiere optimizar los recursos y crear riqueza. Estas acciones están apoyadas por unas 50 empresas de Extremadura y Portugal, así como por diversas instituciones extremeñas.
Más información en www.corredorsudoesteiberico.net