La Comisión Europea al ver la descoordinación de las restricciones de viaje que han aplicado varios países europeos, pide a los gobiernos que se mantengan en contacto entre ellos,antes de cerrar del todo las fronteras en algunos aeropuertos, ya que lo más viable es aplicar medidas de prevención como cuarentenas y pruebas obligatorias de PCR a los viajeros.
Añade la comisión: "Las restricciones a la libertad de movimiento solo deberían imponerse en circunstancias excepcionales, cuando esté claro, que son necesarias a vista del riesgo a la salud pública, así que debe tener una justificación científica, y no tener en cuenta únicamente el número de casos nuevos en las últimas dos semanas por cada 100.000 habitantes, sino tener también en cuenta las estrategias de testeo que aplica cada país, incluyendo el número de pruebas y la tasa de positivos de las mismas”. Así mismo, se aconseja que se tenga en cuenta la distribución regional de los casos y que, se permita la movilidad por motivos profesionales, familiares, o transportistas de bienes.
Según una carta realizada por las directoras generales de Justicia e Interior en el Ejecutivo comunitario: "Aunque tenemos que asegurar que la Unión Europea está preparada para posibles rebrotes de casos de Covid-19, debemos al mismo tiempo evitar los cierres en las fronteras y las restricciones a los viajes, porque causan disrupciones,que deben evitarse lo más posible".
Rescate de las aerolíneas europeas
El levantamiento de restricciones a los viajes y la evolución de la pandemia por el coronavirus, serán claves para determinar el ritmo de recuperación del sector y la viabilidad futura de las compañías aéreas. Por lo tanto, según el último análisis realizado por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), se estima que durante el próximo año, el tráfico aéreo se mantendrá un 30% por debajo de los niveles registrados en 2019, y que el sector aéreo no recuperará sus niveles de actividad previos al coronavirus hasta el año 2024.
Los grupos más grandes (IAG, Ryanair, Lufthansa, etc.) probablemente no tengan problemas para superar la crisis, en cambio las aerolíneas regionales con menor capital correrán el riesgo de tener que ser rescatadas dentro de unos años.
Según un estudio reciente, las aerolíneas europeas necesitarán $26.000 millones de euros para ser salvadas después de esta crisis, mientras que el sector aéreo en EEUU necesitará $21.064 millones de euros (25.000 millones de dólares) para evitar despidos y quiebras próximamente.
Por lo tanto, para tomar frente a esta crisis, Alemania acordó inyectar 9.000 millones de euros a Lufthansa, mientras que Francia ayudó con 7.000 millones a Air France y Holanda hizo lo propio aportando 3.400 millones a KLM. En España, el Gobierno ha creado un fondo de rescate de 10.000 millones de euros para empresas estratégicas al que podrían acogerse las aerolíneas. El Caso de Alitalia. El Gobierno tras no encontrar inversores privados, inyectar 3.000 millones de euros para paliar los efectos del coronavirus. La compañía portuguesa TAP, el Gobierno luso y el resto de accionistas de la compañía llegaron a un acuerdo por el que el país aportará 1.200 millones a la aerolínea con la condición que aumenta su participación del 50% al 72,5%. Del mismo modo, en EEUU, el fondo de 25.000 millones de dólares (21.064 millones de euros)se destinarán a las tres grandes aerolíneas del país: American Airlines, Delta Airlines y United Airlines.
Protocolos de seguridad en los aeropuertos
De momento, mientras las aerolíneas logran recuperarse, la única medida de seguridad en los aeropuertos seguirán siendo los controles de temperatura, y un formulario con una declaración responsable del visitante.
Sin embargo, según el Ministerio de Sanidad, asegura que estas medidas no están siendo del todo efectivas, debido a que los aeropuertos se han convertido en un ‘coladero del coronavirus, ya que por ejemplo, unas 1.400 personas han entrado en España contagiados por coronavirus, en un total de 228 vuelos internacionales, lo cual representa un 20% de los casos importados. Esto representa un riesgo de contagio inminente para los viajeros y según Susana Felpeto, analista de ATL Capital, cree que mientras el virus siga presente y no haya una vacuna, “la gente tendrá miedo a volar”.
Pero además del miedo por contagiarse, la crisis económica que está viviendo la clase media, al perder el poder adquisitivo durante esta época, hará una recuperación aún más lenta del sector aéreo.