En la mayoría de los casos, cuando se hacen las visitas a los Museos del Vaticano, siempre se encuentra aglomeraciones de personas. Después de conseguir el boleto, ya sea vía Internet o directamente en las taquillas del lugar, los paquetes que los visitantes prefieren son los que cuentan con guía turística, los cuales generalmente recorren todo el lugar dejando para final la obra de Miguel Ángel. 

En este tipo de lugares, las fotografías están prohibidas, sin embargo hay quienes no acatan del todo las normas. Se ha llegado a la conclusión que la utilización del flash de las cámaras pueden afectar las obras, pero aunque esta es una razón de peso, no es la única para que se tengan estas restricciones en el museo.

Para los años 80, el Vaticano inicio un proyecto bastante costoso, que implicaba la restauración de los murales de Miguel Ángel. Para ese entonces se estimó que la restauración tardaría al menos 14 años y que estaría a cargo de historiadores de arte, expertos en logística y restauradores. Para esto, la Santa Sede abrió diferentes convocatorias y alianzas con empresas multinacionales para poder recolectar ayudas financieras.

Tras pasados algunos meses, la empresa japonesa Nippon TV (NTV) fue quien dio la mejor propuesta económica, 3 millones de euros, sin embargo el precio fue elevado a 4,2 millones, lo que dejo a las demás empresas fuera de la disputa. En principio, los medios de comunicación subestimaron la propuesta, pero la empresa nipona se sostuvo firme en la propuesta y obtuvo la exclusividad de los derechos de reproducción de imagen, fotografía y vídeo.

Nadie tuvo permiso para grabar o dejar evidencia de la reestructuración del lugar. Pero luego, fue la misma NTV quien se encargó de la difusión de las imágenes del proceso, se presentaron en alta resolución, y todas las críticas recibidas fueron silenciadas al momento en que la misma empresa comenzó la producción de más de 12 documentales, traducidos a diferentes idiomas, libros avalados por historiadores de renombre mundial.

La sesión de derechos se dio por terminada al final de los 90 y la restricción quedaron desestimadas, NTV dejo de tener la exclusividad de distribuir y producir imágenes del interior de la Capilla Sixtina para el 97, sin embargo, el Vaticano tomó la decisión de poner un control muy estricto en cuanto a las fotografías en el interior del recinto.

Para el 2021, en medios de comunicación se plantearon algunas acusaciones a los turistas internacionales, que según afirmaban, estos causaban caos no solo dentro del museo sino en los barrios aledaños al vaticano, sobre todo en las temporadas más concurridas del año.

Se afirmó también que se perdió el respeto y la actitud de solo contemplar y permanecer en silencio, algo que debería hacerse de forma obligatoria, ya que es un lugar sagrado. Por el contrario, estas actitudes promoverían las visitas indiscriminadas de gigantescos grupos de personas, que no aprovechan la bella del lugar. Por este comportamiento, se especula, la Santa Sede ha decidido la prohibición de tomar fotografías dentro de la capilla, ya que el hecho de que una sola persona decida realizar una captura del lugar provocaría la obstrucción y el flujo de persona, generando así un caos logístico sin control 

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