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El día de navidad, se acordó entre Reino unido y Europa, la separación que da libre circulación de bienes de aviación entre ambos lados. Se dejará de lado la especulación de la ruptura sin acuerdo del que no se tenía ninguna posibilidad para llevarse a cabo y que en ambos bloques se jugaban demasiado.

A partir de ahora se tendrán en cuenta tres cosas: primero, el turismo seguirá funcionando de la misma forma que se ha hecho hasta el momento, pero como un país tercero, lo único que seguirá igual es el uso de su moneda, ya que en Reino Unido nunca se utilizó el euro.

Segundo, la aviación seguirá funcionando con normalidad, pero con un solo requerimiento, Europa no admite compañías que tengan el mayor capital en suelo extranjero, lo que supondría un problema para el grupo IAG, pero sé en breve se aclaraá como será su funcionamiento una vez España e Irlanda realicen las gestiones correspondientes.

Tercero, en cuanto al transporte y al sector turístico, los ingleses no tendrán las mismas facilidades, que hasta ahora, para trabajar en Europa. Deberán tener papeles en regla, y deberán registrarse y figurar como ciudadanos extranjeros.

Esto podría suponer alguna importancia si se tuviera una política para los comunitarios que tuviera algún tipo de exigencia, pero teniendo en cuneta las posibilidades de trabajo para los extranjeros, es poco probable que se genere algún impacto.

Pero en caso contrario, aunque son en menor medida, los españoles podrían tener algún tipo de inconveniente para instalarse en el Reino Unido, ya que esto no será imposible, pero no será tan fácil como lo había sido hasta ahora.

Por ende, se terminó la larga historia con un punto importante y es que el turismo podrá seguir en la normalidad con el Reino Unido, en el momento que la pandemia así lo permita, que se espera sea en los próximos tres o cuatro meses.

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