Encomendaciones

Este decreto fue un paso importante para estructurar y profesionalizar la promoción turística en España, buscando atraer más visitantes y mejorar la infraestructura turística del país

 Por Real Decreto de 25 de abril de 1928, el gobierno presidido por Miguel Primo de Rivera creó en el seno de la Presidencia del Consejo de Ministros el denominado Patronato Nacional del Turismo (PNT). 

A este nuevo organismo, relevo de la Comisaría Regia del Turismo, que había estado al frente de la administración turística española desde 1911, se le encomendó:

  •  Asegurar el enlace entre todos “los elementos que cooperan a la atracción turística”.
  •  Fomentar, bien directamente o contratando el servicio, las publicaciones que divulgaran el conocimiento de España.
  •  Estimular el “desarrollo de la industria hotelera, otorgando auxilios en los casos en que interesase de manera especial al turismo”, y estudiar los medios para “llegar a la implantación de Escuelas de Turismo” que facilitasen personal titulado, “con dominio de los idiomas extranjeros más extendidos y con la debida cultura artística para servir de guías aptos a los turistas”.
  • Promover y apoyar la propaganda “organizando centros de información y viajes” en el extranjero y fundar, donde no existieran, “Centros o Agencias de Turismo en España”, colaborando con “las Juntas y Sindicatos de Iniciativa de Turismo, Comisiones de Monumentos y Sociedades de Amigos del País, así como con todas las entidades culturales de Hidrología médica, playas y balnearios, deportivas, alpinas, ferroviarias, Clubs de automovilismo, Aviación, Círculos Mercantiles, Cámaras de Comercio, de la Propiedad y hoteleras y, en general, con todas aquellas de iniciativa oficial o ciudadana cuya actuación pueda de algún modo utilizarse para el mejor éxito de esta obra”.

 Los dos presidentes y el secretario general del PNT que se sucedieron hasta el mes de julio de 1930, Alberto Enrique de Borbón Castellví, Juan Antonio Güell López y José Antonio Sangróniz Castro, respectivamente, contaron para desarrollar su trabajo con un Comité directivo y ejecutivo integrado por otros nueve miembros y con un Consejo general, con carácter consultivo, compuesto por el citado comité y por una veintena de representantes del Gobierno y de diferentes entidades vinculadas con la cultura, la economía, los transportes y la hotelería, entre otras. En un primer momento, el PNT se estructuró en las delegaciones generales de Arte, de Propaganda y de Viajes. De la primera fueron máximos responsables Juan Antonio Güell López, hasta que en noviembre de 1928 fue nombrado presidente, y, desde entonces, José María de Hoyos Vinent. De la segunda y de la tercera lo fueron Manuel Falcó Escandón y Joaquín Santos Suárez, respectivamente. Además, el PNT se dividió en los grupos regionales denominados Centro; Cantábrico; Aragón, Cataluña y Baleares; Levante; Andalucía, Canarias y Protectorado español de Marruecos; y, desde julio de 1929, Subdelegación Occidental, con sedes en Madrid, Santander, Barcelona, Valencia, Sevilla y Salamanca, respectivamente. Al frente de las mismas estuvieron Julio Cabestany Anduaga, Miguel Quijano de la Colina y Fernández de la Mora, Juan Claudio Güell Churruca, Enrique de Castellví Ortega, Luis A. Bolín Bidwell y Fernando Gallego de Chaves Calleja.

 El 13 de octubre de 1928 se estableció, cumpliendo lo dispuesto el 25 de abril de dicho año, el “seguro obligatorio de todos los que viajen por ferrocarril” y se estipuló que el producto o beneficio líquido de lo recaudado fuera entregado anualmente al PNT para su financiación, aunque mermado por algunas deducciones y pagos comprometidos que, desgraciadamente, fueron crecientes con el paso del tiempo. De tal manera que en 1930 y 1931 de los 10 y 11 millones previstos como ingreso bruto, solo recibió 6,5 y 4 millones de pesetas, respectivamente. Por otro lado, el 27 de noviembre de 1928 el PNT había quedado facultado para concertar con la banca nacional un empréstito de 25 millones de pesetas como fondo inicial de funcionamiento, que devengaría un interés anual del 5 % y cuyo periodo de amortización, que comenzaría el 1 de enero de 1930, sería de un cuarto de siglo como máximo.

 La primera reorganización del PNT llegó el 2 y el 5 en julio de 1930. El Comité directivo y ejecutivo fue sustituido por una Junta de Patronato, integrada por Valentín Menéndez San Juan, presidente, Manuel Falcó Escandón, vicepresidente, Vicente Castañeda Alcover, secretario general, y Juan Claudio Güell Churruca, Jorge Silvela Loring, Antonio López Roberts Terry, Julio Cavestany Anduaga y Joaquín Santos Suárez, como vocales. El Consejo general experimentó ligeras modificaciones en su composición, quedando integrado por los componentes de la Junta, el director general de Servicios, José Antonio Sangróniz Castro, el secretario general del Patronato y 20 vocales en representación de organismos y entidades relacionadas, de un modo u otro, con el turismo. La organización administrativa se dividió en Central y Provincial. La primera quedó integrada por la Secretaría general, la Asesoría jurídica y las secciones de Contabilidad, de Alojamientos, de Vías de Comunicación y Deportes, de Propaganda y Publicaciones, y de Información, Agencias en el extranjero y Reclamaciones. En cuanto a la organización provincial, se dejó muy claro que se “acomodaría a la situación turística de las regiones y provincias españolas”, actuando el PNT directamente o por medio de los “Sindicatos de Iniciativa, Asociaciones para la Atracción de Forasteros, Comisiones de Monumentos u otras Entidades o personas que” a juicio de la Junta de Patronato se considerasen capacitadas para ello. Se incorporaron las delegaciones provinciales de Zaragoza, San Sebastián y Tetuán, desaparecieron las de Madrid y Salamanca, y se mantuvieron las de Sevilla, Barcelona, Santander y Valencia.

 Este nuevo organigrama se mantuvo en vigor hasta la instauración en abril de 1931 del régimen republicano. Por tanto, la existencia del ente monárquico se prolongó durante un trienio. Poco tiempo, pero muy fructífero. Bajo su mandato se sentaron las bases del futuro desarrollo turístico de España. Sus prioridades fueron la promoción e información, y el incremento y mejora de la infraestructura hotelera española. Se crearon el Servicio de Crédito Hotelero, con la finalidad de animar y auxiliar la construcción de hoteles por parte de la iniciativa pavada; el Titulo de Establecimiento Recomendado, como estímulo para el mejoramiento de las industrias relacionadas con el turismo, y especialmente la hotelera, y como garantía para el viajero; la Cámara Oficial Hostelera, con la misión de perseguir la clandestinidad, evitar los abusos y organizar la industria del hospedaje; la Guía Oficial, con el objetivo de proporcionar a los viajeros una relación de alojamientos y de sus precios; y el Libro de Reclamaciones, para que los viajeros pudieran anotar en él cuantas anomalías observaran durante su estancia en los establecimientos hoteleros. Echó a andar la cadena pública Paradores, se abrieron al público siete agencias informativas en el extranjero, concretamente en París, Londres, Múnich, Roma, Gibraltar, Nueva York y Buenos Aires, y alrededor de medio centenar en territorio español, y se elaboraron las primeras estadísticas turísticas. En otoño de 1928 el PNT organizó una importante exposición de fotografías de carácter turístico en el Palacio de Bibliotecas y Museos de Madrid. Poco después, en enero de 1929 montó otra exposición similar en la Sociedad Española de Amigos del Arte de Madrid. A lo largo de dicho año organizó, asimismo, Exposiciones Regionales de Arte en Valencia, Toledo, Santillana del Mar y Granada, y una serie de excursiones para que un buen número de periodistas extranjeros conocieran Madrid, Barcelona, Sevilla y Toledo. Por lo que respecta al deporte, dedicó una especial atención al golf, las regatas, la hípica y el motorismo. También promocionó algunas fiestas populares, como las Fallas de Valencia y los festivales de Castellón, Alicante y San Sebastián. Y, por último, intervino directa o indirectamente en la organización de festejos con motivo de la celebración de diversos congresos internacionales, como, por ejemplo, el IX Congreso Internacional de Agencias de Viajes, y el Primer Viaje y Congreso de Estudios Médicos, celebrados en octubre de 1928 y junio de 1929, respectivamente.

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