El Museo Guggenheim Bilbao, en colaboración con el Musée d’Art Moderne de Paris, presenta esta retrospectiva dedicada a este artista austriaco revolucionario, tanto por su activismo pacifista como por su producción pictórica.
Oskar Kokoschka alcanzó la fama internacional al final de su carrera y, con su obra tardía, dejó su sello en la “Neue Wilde”, la nueva pintura en Austria y Alemania. Adalid del arte figurativo y “pintor de almas”, Kokoschka supera los ideales clásicos y emplea el retrato como un instrumento analítico capaz de revelar el yo interior del modelo. En la escena artística de Viena, donde contó con el respaldo de Gustav Klimt, obtuvo un éxito temprano, y su trabajo ejerció influencia sobre un joven Egon Schiele. Aunque a lo largo de su trayectoria se dedicó a múltiples actividades, el hilo conductor de su vida fue el arte, un ámbito en el que nunca dejó de reinventarse.