Nium, los expertos en pagos, advierten de que demasiados turoperadores y agencias de viajes se exponen a riesgos de cancelación innecesarios a través de procesos de pago anticuados.
En 2020, las tasas de cancelación muy por encima del 100% no sólo causaron una crisis existencial a las empresas de viajes, que se planteaban un mundo sin viajes, sino que también les provocaron una crisis de reembolsos a corto plazo que llevó a muchas de ellas a la quiebra.
¿Cómo afrontarían hoy muchos operadores turísticos y agencias de viajes ese mismo reto si se produjera otra oleada de COVID? ¿O cualquier otro tipo de catástrofe, como un virus, condiciones meteorológicas extremas o incluso un acontecimiento geopolítico, ya sea en toda una región o sólo en su país, que impidiera a los viajeros realizar los viajes internacionales que habían pagado?
La respuesta es que cualquier operador turístico o agencia de viajes que pague a sus proveedores de viajes mediante transferencias bancarias tendría muchas dificultades para obtener el reembolso, y, por desgracia, se dan demasiados casos de este tipo.
Spencer Hanlon, responsable de viajes del proveedor de tecnología financiera Nium, comenta:
"En una situación tan catastrófica, la realidad es que incluso las reservas reembolsables podrían no ser reembolsadas, y si lo son, los pagos podrían tardar semanas o incluso meses. Evidentemente, las reservas no reembolsables van a ser aún más difíciles de recuperar. De hecho, algunas empresas siguen inmersas en acciones legales derivadas de las cancelaciones de marzo de 2020 y es posible que nunca vuelvan a ver ese dinero".
"Pero, ¿hay alguna forma de gestionar o incluso evitar este riesgo? Afortunadamente la hay en forma de tarjetas de crédito virtuales. Del mismo modo que las tarjetas de crédito al consumo ofrecen al consumidor una protección mucho mayor en caso de que no se preste un servicio, las tarjetas virtuales B2B también protegen a las empresas de viajes".
"Esto significa que, si se produjera otra oleada de cancelaciones, sería mucho más fácil solicitar un reembolso y, lo que es igual de importante, se resolvería muy rápidamente, lo que significaría que los operadores turísticos y las agencias de viajes tendrían el dinero de vuelta en sus cuentas en cuestión de días, no de años".
Las tarjetas virtuales también facilitarían la gestión operativa en caso de cancelación masiva, por ejemplo, automatizando la conciliación. Y desde el punto de vista de la actividad diaria, también tienen mucho sentido: ofrecen controles que las tarjetas tradicionales o las transferencias bancarias no ofrecen, permiten pagos mucho más rápidos y, además, son mucho más baratas.
En este sentido, las tarjetas virtuales modernas ofrecen al sector de los viajes un nivel similar de tecnología y servicio al que todos esperamos como consumidores en el mundo de 2023. Mientras tanto, los métodos tradicionales de pago por transferencia bancaria siguen anclados en la tecnología heredada de los años setenta.