Una pandemia que ha trastocado todo, requiere ahora capacidad de gestión para reconducir el turismo hacia otro marco que ya no es el que era. Impulsados por las diatribas diarias que nos ofrecen todos los medios de comunicación del mundo, nos vemos en la obligación -servir es mi ocupación – de entrarle de frente a la situación actual del mundo en que vivimos.
Decíamos, y refrendábamos en publicaciones anteriores, que el movimiento de personas llamado turismo, es la única solución que nos podrá devolver a un estado de bienestar social y económico que nos haga llevadera nuestra vida con cierta comodidad y garantías de paz, ante la precaria situación que nos ha dejado este Covid-19, que también ha servido para disimular las disparatadas, y hasta criminales, acciones de muchos gobernantes del mundo entero, incapaces descerebrados que jamás en sus vidas han dirigido otra empresa que no sea la de medrar en la política, como acuña el dicho popular, sin siquiera saber “dar un palo al agua” Es lo que hay.
El terrible panorama que se nos ofrece rodeado de viles decisiones que atentan contra el bienestar común, la paz social y la prosperidad de La Humanidad, nos lleva a reflexionar sobre las auténticas medidas efectivas que se deben de tomar para remontar esta empinada pendiente que parece difícil de culminar.
Los pasos necesarios
La primera opción para llegar a ese “estado de bienestar” deseado, sin nada que se le deba oponer, es acabar de inmediato con las intrigas políticas y el “juego” absurdo y criminal de pasar el tiempo dedicados a insuflar las diatribas que señalamos al principio de nuestro artículo.
Hay que trabajar por un mundo mejor, despreciando todo lo que sea retórica y pérdidas de tiempo. Eso es lo único absolutamente necesario, desterrando eso de estar empeñados de forma permanente en criticar cuanto se nos pone por delante olvidando el trabajo serio y honrado que es lo que, insistimos, necesita con suma urgencia La Humanidad.
Unas decisiones posibles en un mundo donde ya el desarrollo ha demostrado que no es una quimera, caso ejemplar de España, y más concretamente las Islas Canarias, algo vivido de cerca y comprometido en todo momento por el suscribiente, sin el más ligero matiz político que le acompañase.
Fue un sueño convertido en realidad gracias a un potente empresariado que políticos inteligentes y honrados supieron apoyar “con todos los hierros” desmontando una dictadura del poder, creando leyes económicas y sociales, que fomentaron el trabajo bien hecho, la conciencia del “se beneficia mejor quien mejor sirve” y toda una larguísima serie de actitudes basadas en los principios de la convivencia humana que es lo que nuestro mundo necesita.
Trabajo honrado: “La buena fe como norma en los negocios y en las profesiones, el aprecio a toda ocupación útil y la dignificación de la propia en beneficio de la sociedad. La inteligencia, la buena voluntad, y la paz entre las naciones, por el compañerismo de sus mujeres y hombres de negocios y profesionales unidos por el ideal de servicio. Algo que pareciera la mar de sencillo. Soñar no cuesta nada.
El mundo que llegó de repente y hay que gestionarlo
Indudablemente con las mejores armas que podemos aportar: conocimiento y experiencia. Una realidad “como la copa de un pino” que diría un canario.
Un mundo, este que llegó, este del Covid-19, que según el análisis del científico canario Wolfredo Wilpret, en el escenario chino “oscila entre el altruismo y el negocio”.
El tiempo de los experimentos ya sean seudo democráticos o comunistoides ha pasado. “Los experimentos se hacen con gaseosa” decía el recordado socialista Alfonso Guerra, que fuera vicepresidente del gobierno español con Felipe González. Nada más acertado ni más claro.
Ya han tenido tiempo mas que suficiente estos desacertados gobernantes nuestros para demostrar su incapacidad. Las pruebas son mas que evidentes: el mundo sumido a su mayor tragedia conocida, por falta de la atención de sus gobernantes a sus necesidades más perentorias: la salud.
Ahora, para darnos toda la razón – aunque no haga falta y nos duela tenerla – en unos pocos meses nos ofrecen por todos lados una vacuna contra este horripilante mal que ha acabado, y sigue acabando, con miles de personas… ¿Se puede entender esto, como no sea señalando la incapacidad de nuestros gobernantes responsables de nuestra convivencia? Claro que no se puede entender de otra manera. “Mas claro no canta un gallo”
Una realidad incuestionable
Conocimiento y experiencia demostrada, es la forma de gestionar nuestro nuevo mundo. Todo lo demás es pura parafernalia: más de lo mismo. Desperdicio, diría el Dr. Edward Deming.
Personajes experimentados en la gestión empresarial, que el mundo los tiene por todas partes – que le pregunten a los países árabes a los chinos o los coreanos… los japoneses... – eso es exactamente lo que hace falta.
No los podemos buscar en el contexto político, ya que lo demostrado no hace falta reiterarlo. Está a la vista. Tan desnudo como venimos al mundo… Los excepcionales casos de personajes políticos que pudieran apoyar un nuevo desarrollo mundial son en estos trágicos momentos, desconocidos (Los experimentos se hacen con gaseosa). No así en el ámbito empresarial donde existen personajes – excluyendo algunos como el caso de Donald Trump – que han levantado empresas mundiales con millones de personas, disfrutado de ese mencionado deseado “bienestar social” gracias a la audacia, inteligencia y entrega al trabajo de estos próceres a los que no se les rinde el reconocimiento necesario, porque ese distingo está en manos de esos gobernantes políticos cuya gestión ha quedado ahora “con sus miserias al aire” por no emplear otras palabras malsonantes.
Mañana será tarde
La situación de emergencia en que nos encontramos necesita de medidas urgentísimas. Hacen falta gestiones eficaces tomadas con conocimiento y bases realistas apartadas de falsos intereses y acciones oportunistas de los especuladores “especialistas” que hemos señalado “in misericorde”, en nuestros anteriores escritos. No más contemplaciones ni esperas innecesarias. Siempre listos, dicen los Scouts.
Lo refrendamos una vez más: para salir de esta tremenda crisis mundial, la solución es EL TURISMO. No hay otra mejor, ni siquiera parecida.
Programas de capacitación y desarrollo con estrategias experimentadas, promovidos y tutelados por los gobiernos y las asociaciones patronales, con conocimiento y experiencia al frente, tienen que servir para propiciar un turismo nacional interno que comience de inmediato a proporcionar empleo y consumo. Es la única manera de combatir esta trágica situación.
Ignorar esta realidad, o mirar para otro lado, es una responsabilidad que nosotros no hemos querido asumir ante la historia. Ahí está nuestra clara y sencilla visión del panorama. Que Dios nos ayude. Amén.
*Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial de Turismo. *Pluma de Oro de Rotary Internacional. Puerto de la Cruz, Tenerife, Islas Canarias. *Diplome D´Honneur. Unión des Escrivans et Journalistes Hellenes du Tourisme. FIJET.