Indispensable en la promoción turística de Venezuela, el Salto Ángel, del más alto valor como seña de identidad propia, por tratarse de una caída libre de agua de 976 m. Situado en el Parque Nacional de la Gran Sabana. Una maravillosa excursión aérea nos permitió disfrutar de este hermoso panorama. (Fotografía especial, Juan Gabriel Muñoz)
DESDE LOS CONFINES DE TUCUPITA, A LA LAGUNA DE SINAMAICA. UN PANORAMA ESPLENDOROSO
Escribir sobre “mi Venezuela” es, desde el año 1969, algo que nos ha ido fructificando poco a poco, dentro del desarrollo de nuestra vida lleno de pasajes donde se ha combinado todo de una forma accidental para concluir de una manera muy especial con un presente irrevocable de un altísimo valor para nosotros, desde luego impresionante. Para completar este sentimiento de orgullo y satisfacción tenemos regado por el mundo nuestra larga descendencia, todo resumida y señalada con el signo de Venezuela. Así de claro y raspado, como decimos aquí.
Imborrables recuerdos de todo un periplo – más de una vez en sus carreteras – que van desde esa Tucupita inolvidable, hasta los palafitos de la Laguna de Sinamaica – allá en el otro extremo del país – donde pasamos ratos inolvidables contemplando el ir y venir de aquellos semi indios, algunos cargando extraños objetos, otros pescando, y los que más acercándosenos con las manos extendidas pidiéndonos lo que pudiésemos darle. Imágenes retrospectivas inolvidables de nuestros largos inmenso viajes por las tierras de Bolívar.
El teleférico más alto del mundo, un atractivo de incalculable valor para el desarrollo del turismo en Venezuela, imagen protagonista del Estado Mérida, en la Cordillera de Los Andes.
MERIDA, UNA BONITA AVENTURA
Escogemos hoy la aventura de Mérida, como bien hemos podido escoger la del Puerto la Cruz, Valle la Pascua, o Barcelona, por poner solo algún que otro ejemplo de los muchos que tenemos de nuestra particular Venezuela. La del Melíá Puerto la Cruz, El Portón en Caracas, o el VIP Club de Maturín. Todo son historia. Mérida, ese pedazo de Venezuela que ahora nos recuerda casi todos los días nuestro amigo Javier Ramírez, con sus mensajes en Facebook, que van desde sus parajes más íntimos orgullo de su naturaleza pródiga, hasta la pura gastronomía con sus arepas de trigo como algo preferente para nosotros. El camino para llegar hasta Mérida nos brindó la oportunidad de estar más de diez horas esperando que la avalancha de agua de una quebrada bajase su nivel para poder seguir al camino hasta Santo Domingo, afortunadamente de día, pues de noche no sé lo que hubiese sucedido.
De Mérida y sus inspiradores poblados de todo ese Estado, podemos estar escribiendo días enteros llenos de recuerdos que van hasta casi el centro de su limpia ciudad, en un hermoso restaurante típico cenando con la música en vivo de un viejo violinista, y alumbrados con velas, no sabemos muy bien si era la puesta en escena de aquel clásico lugar o la falta de la luz eléctrica que muy bien podía se el motivo que nos llevase a la mítica escena.
Preciosa estampa de Los Aleros, en el Estado Mérida, los Andes venezolanos, donde se guardan construcciones típicas de alto valor turístico con un paisaje natural de excelente impacto para el turista.
Playa Medina, en el oriente de Venezuela, una de nuestras tantas visitas a un litoral privilegiado, con escenarios como este que invitan a disfrutarlo al máximo.
Por vía aérea, nos asombraríamos al ver después de aterrizar, las fotografías de aquel aeropuerto encajado entre dos enormes precipicios sin posibilidad alguna de agrandar su pista de aterrizaje. Para que lo entendiéramos bien, nuestro avión a la llegada no pudo aterrizar al primer intento, tuvo que remontar para intentarlo la segunda vez con éxito. Toda una aventura en esta Venezuela nuestra que remataríamos ahí, en esa zona, con la larga visita que hiciéramos al Páramo de la Culata, a un excepcional hotel que no sabemos ahora en que ha quedado, en el cual participamos en su ejecución asesorando un canario residente en Caracas, que fue su principal promotor, no sabemos muy bien porqué de esta genial ocurrencia.
CAMINANTE, NO HAY CAMINO
El singular WYNDHAM-CONCORDE RESORT, un hotel emblema de Margarita construido el siglo pasado, con toda una larga historia en su pasado, hoy reformado de forma excelente, un prestigio para el desarrollo turístico de la isla.
Los grandes recorridos por las carreteras muchas veces inhóspitas de nuestro país, nos traen múltiples recuerdos de monos y culebras aparecidos donde menos te lo esperabas – los zamuros no cuentan – por ejemplo en la vía cercana a Higuerote, o llegando a Acarigua, donde dos monos no se querían apartar de la carretera. Estampas inolvidables que parecen cuentos de hadas, que se mezclan con todo un acontecer en la Isla Margarita, Coche, las playas de Chichiriviche, las de Puerto la Cruz, o las inmensas dunas de la Península de Paraguaná.
Venezuela es un paraíso para el desarrollo turístico, de un lado a otro. La comenzamos a conocer cuando se dormía con las puertas abiertas, y se compraba una arepa de carne desmechada con “un bolívar de los de antes”. “Un país para querer”, decía uno de sus más atractivos slogan publicitario.
Playa Colorada, Estado Sucre, un valioso recurso turístico de alto calado que debe ser cuidado y preparado con el mayor cuidado para su utilidad como punto de apoyo a un desarrollo del estado.
Las esplendorosas playas de Chichiriviche, recurso venezolano para el “turismo de sol y playa” otro de los espacios naturales del trópico de abundante variedad, en los cientos de kilómetros de costa, de la nación americana.
Avensa, desaparecida compañía aérea del país, tenía un campamento en el Parque de la Gran Sabana, en el cual se podía pernotar en unas condiciones mínimas, y hasta allí llegaba su avión aterrizando en una improvisada pista, antes o después, de darnos una pasada por el maravilloso Salto Ángel, que ponía los pelos de punta al ver como el ala del avión parecía rozar la inmensa catarata, la mayor del mundo por su recorrido, 976 m.
¿Qué contar de las playas del Oriente? El litoral desde Puerto la Cruz a Carúpano y hasta la Península de Paria donde están las célebres salinas, y quizá la mayor pesca de langostinos del país. Son toda una teoría que va desde Playa Colorada, a la de Medina, parajes sorprendentes por su belleza escénica de las mejores del mundo, sin duda alguna, para quien conoce las de Brasil., Ecuador, Colombia, etc. etc. etc.
Laguna Grande: el recurso turístico principal de la ciudad de Maturín, se encuentra a pocos kilómetros del centro de la ciudad. Un auténtico regalo de la naturaleza, que no se ha sabido preparar para su utilidad turística. F/ Tejera Reyes
SEÑAS DE IDENTIDAD Y AVENTURAS PROPIAS
Venezuela es un paraíso para al turismo, como bien demostramos en un año que impulsamos una agencia de viajes desde Caracas con las características de las mejores europeas, organizando hasta una excursión de Semana Santa con dos autobuses de lujo, y excursiones al Oriente. Puerto la Cruz, Margarita y hasta ¡La Cueva del Guácharo!. Inolvidable pasaje que adornamos con el viaje Puerto la Cruz-Margarita, en una especie de catavarán que operaba en ese entonces, donde ofrecimos hasta una “barra libre” durante la travesía. Inolvidable. Al igual que lo fuera otro programa que ofrecimos Caracas-Acarigua, con motivo de la celebración de una Asamblea de los clubes canarios de Venezuela que en esos tiempos tenían una muy especial relevancia en país.
Venezuela imán. Así tituló en los años cincuenta del pasado siglo un hermoso libro documento que publicó el querido amigo recordado, José Antonio Rial, que ponía al país en su lugar, cuando no había un canario que no soñara con venir a Venezuela, tiempos en que gallegos e italianos llegaban por bandadas en aquellos viejos transatlánticos llenos hasta los bordes de intrépidos viajeros que huían de una Europa martirizada y empobrecida por la segunda guerra mundial.
Isla de Plata, en el Estado Sucre del oriente de Venezuela, otra joya extraordinaria como recurso para el turismo en el país.
Venezuela lo tiene todo para ser el paraíso turístico soñado. Lástima que sus autoridades no supiesen aprovechar el momento en que se les ofreció la posibilidad de ser el hub aéreo de América del centro-sur, y se lo dejase arrebatar por Panamá que ya ven el resultado que le está dando. Venezuela tuvo todo para ser ese punto de llegada de Luftansa, KLM, Iberia, etc. etc.
Hoy tenemos un país con las mismas serias expectativas de siempre, pero con un escenario muy distintos que hay que acomodar para integrase en el impotente desarrollo que el turismo está imprimiendo al mundo. Tenemos que ser un país de llegada, no de exportación de turistas, algo que está desaparecido. Hay que luchar por abrir puertas y apostar por toda esa serie de recursos históricos y naturales que están esperando su momento para colocarse a la altura de sus competidores.
Una gastronomía la caraqueña que se llegó a considerar la mejor de América, tiene que volver a revalorizarse. La tranquilidad que se tenía en nuestro paseos por Sabana Grande, disfrutando de sus inolvidables cafeterías – fuentes de soda – o sentados en sus terrazas viendo el ajetreo de las compras en sus bien dotados establecimientos ¡Ay La Francia!.., todo eso tiene y puede volver.
Venezuela, sus interminables recursos, los genes de sus antepasados históricos, y toda una parafernalia que conforman ese país que fuera imán, están esperando un nuevo impulso de esta moderna civilización que llega cargada de tecnología para desarrollar debidamente el país que les vio nacer.
Escribir, como estamos haciendo es tener muy clara la ilusión que nos acompaña, desde un día en que llegáramos el Estado Monagas, su capital Maturín, el cual hemos regado con nuestra sangre, sudor y lágrimas, como acreditan los testigos mudos de sus tumbas.
Cueva del Guácharo. Monumento natural localizado cerca del pueblo de Caripe al norte del Estado Monagas, con 10.650 mts. de desarrollo conocido y uno de los más singulares del mundo debido a sus características excepcionales. Su entrada se encuentra a 1.066 m de altitud y presenta en su parte interior una temperatura casi constante de 19 °C. La caverna tiene 2 grandes sectores: uno turístico, de unos 1.500 m de longitud, formado por los salones de Humboldt, del Silencio y Precioso. El primero está habitado por la más numerosa colonia de guácharos conocida en Venezuela y por otras variedades de fauna subterránea, así como por una flora exótica que sobrevive en la oscuridad; (Emp. POLAR).
Hay que pensar en positivo. La Cueva del Guácharo, está ahí, en esa querida Monagas que nombramos. El Rio Orinoco, también. Recursos turísticos del más alto valor identificativo para Venezuela, como lo es el teleférico más largo y alto del mundo, en esa Mérida andina que ya hemos nombrado con la más natural complacencia.
Una Venezuela que renace. Que tiene que ser la base de un espíritu natural de convivencia que selle el objetivo de Rotary Internacional “La observancia de elevadas normas de ética en las actividades profesionales y empresariales; el reconocimiento del valor de toda ocupación útil y la dignificación de la propia en beneficio de la sociedad. La puesta en práctica del ideal de servicio en su vida privada, profesional y pública. La comprensión, la buena voluntad y la paz entre las naciones, a través del compañerismo de las personas que en ellas ejercen actividades profesionales y empresariales, unidas en torno al ideal de servicio.” Desde Tucupita, hasta la Laguna de Sinamaica, todo un paraíso posible.
