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El mundo de la ilusión y el del desencanto se dan la mano. Una triste verdad que, por desgracia, los habitantes del mundo entero tienen que soportar estoicamente sin que haya nada que lo remedie.

“En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo se ve del color del cristal con que se mira” Ramón de Campoamor.

El mundo de la comprensión y la amistad al que permanentemente nos estamos refiriendo en nuestros escritos, naturalmente existe y es real alrededor de organizaciones centenarias que personajes ilustrados con una mente clara, y unos atributos humanos excepcionales, supieron crear en su momento, para que en la sociedad mundial hubiese un espejo en que mirarse que reflejara algo tan serio como es la honestidad, la honradez, y la disciplina de trabajar por la consecución de un escenario solvente dentro de el gran teatro del mundo que hiciera famoso con su obra inmortal, Pedro Calderón de la Barca.

Ese mundo que señalamos está recogido en los principios y las metas que promueven los famosos clubes de servicio Rotary International y Lions Club International.

El dÍa 23 de Febrero - día en que nació Rotary, y nosotros también – lo declaró, esta organización, “Día de la Comprensión Mundial

Los avatares de nuestras aventuras alrededor de la enseñanza nos han dado una visión extraordinaria del complicado y difícil desarrollo de la humanidad, que intentamos plasmar en nuestros apresurados escritos con una inusitada avidez, que muchas de las veces tenemos que frenar, pareciéndonos que se nos acaba el tiempo para exponer nuestro particular criterio. Una extraña sensación que nos invade, al ver que a nuestro alrededor se hace difícil entender y practicar esa comprensión y amistad que señalamos, que se está expandiendo por el mundo imparablemente, gracias al movimiento de personas que se ha dado en llamar “fenómeno turístico” que diría el sabio en esta materia, Arthur Haulot.

La aplicación a diario en toda nuestra actividad, de las célebres cuatro preguntas de “La Prueba Cuádruple” de Rotary, se ha convertido en una constante en nuestra vida, desde que tuvimos conocimiento de la misma, cuyas reflexiones sobre ella, publicadas – traducida a varios idiomas, incluido el catalán - hace ya varios años atrás, las vemos llegar a todos los rincones del mundo, con los mas elogiosos comentarios y recomendaciones.

“Es la verdad”, “Es equitativo para todos los interesados”, “Creará buena voluntad y mejores amistades”, “Será beneficioso para todos”. Estas son las famosas cuatro preguntas que deberíamos hacernos antes de tomar cualquier decisión en nuestra vida... Por desgracia no lo hacemos así. Nos vamos al desencanto acabando con las ilusiones más puras, con las más tristes acciones nuestras que muchas de las veces pueden ser hasta cuatro palabras mal empleadas en un sencillo escrito. Es la ley de la vida, que cantaban Los Panchos.

Con este panorama de fondo, el abanico que se nos abre ante el mundo nos deja ver una realidad que nos lleva a recordar las miles de horas en las que hemos tenido que actuar como jueces de los más insólitos episodios producidos en nuestro ambiente profesional, dirigiendo un centro de enseñanzas universitarias, e incluso en una amplio y variado escenario familiar. Unos recuerdos que nos llevan a la problemática de personajes que han ido desde un lado a otro de nuestra América – ahora lo estamos viviendo en directo en Perú - donde para actuar con la justicia y la razón por delante, tenemos que estudiar el origen y los genes de quienes provocan las situaciones, poniendo por delante – sin olvidarlo ni un instante, para salvaguardar nuestras acciones – el dicho popular tan real como la vida misma: “Hijo de gato caza ratones”

El mundo de la ilusión y el del desencanto se dan la mano. Es una verdad indiscutible frente a la que respondemos con la contundencia y sabiduría que poseemos, con el simple y escueto mensaje que recogíamos anoche de las páginas de facebook: “En la vida triunfa el que persevera, el se esmera en su trabajo, el que persiste en él, el que sabe que no es fácil pero continua insistiendo... Si se cansa, descansa y continua. Por eso es que jamás me rendí, jamás me rindo,... Jamás me rendiré.
Servir es mi ocupación... mi vocación.
PEDRO TEJERA copy copyMiembro del International Hall of Tourism Heroes. World Tourism Network.

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