Igual que el Nautilus en Veinte mil leguas de viaje submarino escrito por Julio Verne hace 150 años, Ocean Builders iniciaron un viaje fantástico que esperan se mantenga en el tiempo al igual que el escrito del francés.
La empresa construirá, cerca de Panamá, un barrio de casas flotantes sobre el mar, que más parecen aéreas, ya que no se regirán a las leyes marítimas como un barco y solo acatará las normas ambientales que existan y aportará a la reconstrucción de la naturaleza que se haya maltratado o deteriorado.
El deseo que genera este proyecto es grande pues la idea es poderlo lanzar lo más pronto posible y en lo posible que un número alto de personas esté viviendo en estas casas flotantes a finales de este año.
Una vez se comience la producción, se podrán construir dos casas por mes a partir de otoño. Este proyecto está compuesto por 30 casas flotantes. Para hacer el registro se habló con la Autoridad Marítima del país que se siente muy optimista igual que el Ministerio de Turismo y el Gobierno de Panamá.
El precio de las casas será a partir de 185.000 dólares, con un área aproximada de 80 metros cuadrados, sin embargo aún no se tienen detalles específicos de las características que tendrán las más costosas.
Este diseño fue inspirado en un diseño de una plataforma petrolera tradicional. Esto quiere decir, que cada casa tiene un mástil que penetra profundamente el agua y la pone varios metros encima de las olas, generando una vista maravillosa del océano desde los cuatro puntos cardinales.
Estas casas superan por mucho los estándares del medio ambiente sobre las casas que se construyen en tierra firme. La forma en que son construidas estas casas, reduce de forma considerable el movimiento porque la estructura se encuentra por encima del nivel de las olas y permite que sea segura, estable y suave. Por otro lado, está por debajo de una columna que se encarga de sostener un gran peso que hace las veces de lastre gigante, lo que le da estabilidad.
Para entrar al mar, las casas contarán con una escalera de caracol en la piscina principal que da el acceso desde la casa hasta el agua. Estas casas funcionan bajo las mismas reglas que un barco. Cuando se realiza una construcción tradicional, se cortan árboles y la naturaleza se ve afectada con los materiales que son usados, por esto no hay nada más destructivo y contaminante que la construcción de una casa sobre la tierra.
Mientras que construyendo sobre el agua, de la forma en que la empresa lo hace, también se genera un hábitat marítimo. Con la parte flotante de las casas, se genera sombra para los peces y animales marinos que allí se encuentran. La empresa garantiza que cada hogar que allí se construya contará con tecnología eficiente para la restauración del ecosistema marino local.
A esto se le puede agregar otro tipo de tecnologías, como las máquinas que se usan para desalinizar y así producir agua potable; inodoros incineradores que neutralizan los desechos tóxicos de los inodoros; se recicla todo lo que sea posible, las basuras producidas se ponen en el mismo vertedero que se usa en tierra.
Por otro lado, también se tiene muy presente el trabajo en un futuro inmediato planeando lanzar una solución de compostaje, una técnica para reciclar los residuos y así producir un abono calidad y poder ponerla en marcha en un año.
La empresa Ocean Builders resurgió luego de una gran pérdida, y es que la compañía había lanzado un exitoso prototipo de casas flotantes en aguas tailandesas a 13 millas de la costa y que al paso de unos meses el sueño se derrumbó.
Todo iba según lo planeado, sin embargo personas corruptas de la marina tailandesa tomaron posesión de las casas y se convirtieron en enemigos del estado con una amenaza de pena de muerte por lo cual los dueños de la empresa tuvieron que huir y esconderse.
Luego de esto la empresa se trasladó a Panamá, donde aseguran que ahora se está trabajando de la mano con el gobierno local para así hacer realidad el sueño de la “casa en el aire”.
La confianza que se tiene en el éxito de este proyecto, radica en que Panamá no tiene miedo a la inversión y economía marítima, ya que allí se tiene la mayor cantidad de registros de embarcaciones del mundo. Es un país amigo de los navegantes y posee muchas instalaciones marítimas de las dos costas. Además de esto tiene la economía más grande y el Gobierno de mayor estabilidad de Centroamérica.
Sin embargo, el proyecto de Ocean Builders no ha sido el único que se ha desarrollado allí, para 2017 el proyecto de la Isla Flotante en la Polinesia Francesa fue impulsado por el Instituto Seasteading, esta ONG fue creada en 2008 y reunía a expertos de todo el mundo que promueven la creación de las sociedades oceánicas flotantes como una solución a los diferentes problemas medioambientales debido al aumento del nivel del mar y la superpoblación.