Esta bebida resultante de la fermentación total o parcial de la uva, es una de las más consumidas en el mundo, ya que actualmente todos los continentes son productores de vino. Europa es el mayor productor, al liderar la lista con Italia, Francia y España, seguido de países como Alemania, Estados Unidos, Argentina, Chile, China, Australia y Sudáfrica.
Para la realización del vino se utiliza el 66% de la recolección mundial de la uva del género Vitis vinífera, la cual ocupa el 0,5% del suelo cultivable de todo el mundo.Sin embargo, actualmente se encuentran opciones de vinos hechos sin uva, como por ejemplo, el vino Ormeto canadiense elaborado con tomates fermentados.
El vino además de ser un excelente acompañante en las comidas, es libre de grasas y posee propiedades minerales como: calcio, cloruro, cromo, cobre, yodo, hierro, magnesio, fósforo, potasio, selenio, sodio y zinc. También, estudios han demostrado que el consumo moderado de vino rejuvenece la piel, mantiene limpias las arterias, protege las células y evita el avance del cáncer, en particular el cáncer de mama. De igual manera, previene enfermedades neurodegenerativas que aparecen a partir de los 40, como la demencia, y frena los primeros síntomas de Alzheimer, ayuda a mitigar los efectos negativos del sedentarismo, ayudando a mantener los huesos fuertes, a conservar la fuerza y la masa muscular.
Ahora que sabemos lo beneficioso que es tomar vino, debemos aprender sobre los tipos de vinos que hay y la mejor manera de disfrutarlos. Los vinos se pueden clasificar según su color, sabor, textura, grado de alcohol, fermentación, etc. Podemos encontrar el vino tinto que se recomienda tomar a una temperatura ambiente y en una copa ancha, de gran cavidad para mover el vino sin que se derrame. Los vinos blanco y rosado que se deben tomar fríos (entre 12º y 16ºC) y servirse en una copa más pequeña y estrecha para conservar mejor la temperatura. Luego, están los vinos espumosos, como la Cava, y el Champagne, que obtienen las burbujas gracias a una segunda fermentación en botella, el vino gasificado, parecido a un refresco; y finalmente, el vino licoroso o generoso que tiene más de 13º o 14º de alcohol.
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Normalmente una botella de vino después de permanecer abierta entre 2 a 4 días, se recomienda darle otro uso como por ejemplo: usarlo para preparar un wok de verduras, carne guisada o para pescados y carnes al horno, también sirve de vinagre casero, quitamanchas para objetos, o para desinfectar frutas y verduras, gracia a su poder antiséptico.
Así que tener un botella de vino es casa es fundamental, ya que posee muchos beneficios, pero para tener la indicada, te mostramos el resumen de la investigación realizada por French Wine With Style, quien clasifica a las personas según el tipo de vino que suelen beber:
Vino tinto: Personas con carácter más relajado, confiado, fuerte e inteligente.
Vino Blanco: Son personas que tienen un carácter tranquilo, reflexivo y son muy observadores.
Vino Rosado: Suelen ser personas risueñas e idealistas, normalmente menores de 30 años.
Cava o champán: Son personas espontáneas y muy divertidas. Soñadores que se dejan llevar por la improvisación. Extrovertidos y muy activos, con glamour innato y un encanto que enamora a su paso.
Vino Crianza: Personas muy seguras de sí mismos, confiadas y de gran facilidad para ilusionarse por las pequeñas cosas de la vida, como pasar un rato entre amigos. La alegría y la sensualidad forman parte de su personalidad. La mayoría tiene estudios universitarios, están casados y beben con mayor frecuencia que el resto. Adoran viajar, descubrir lugares nuevos y se describen como personas cultas.
Vino Gran Reserva: Su carácter es reservado y muy cerebral. Esconden, como este tipo de vino, delicados y profundos matices que se hacen visibles en una personalidad templada y exquisita que despierta admiración y cordialidad.
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