China, para posicionarse en el turismo, prepara islas artificiales dedicadas exclusivamente a esta actividad, pero con muchos servicios.
El proyecto Ocean Flower, será la isla artificial turística más grande del mundo, ubicada en las aguas costeras de Hainan, provincia al sur de China. Esta nueva isla artificial se encuentra en la bahía de Yangpu, y ocupa una superficie de casi ocho kilómetros cuadrados (1,5 veces mayor a Palm Island de Dubai), la cual empezó a construirse en 2012, y se espera que la nueva isla en forma de flor se inaugure a finales de este año. Según el gobierno chino, será una Zona Económica Especial con una serie de ambiciosos proyectos turísticos, como parques, hoteles y apartamentos, museos, etc.
Aunque en 2018, la construcción del Ocean Flower Island tuvo que pararse, debido a los posibles daños que podrían ocasionar sobre los arrecifes de coral y ecosistemas marinos, ahora es todo un hecho, y sin lugar a dudas, en estos momentos es visto como un impulso para el turismo en China, después de todo lo ocurrido con el coronavirus, ya que esta crisis mundial no solo ha afectado la economía, sino también ha tenido un coste social, que según el secretario de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili “todas las estimaciones previas se han quedado obsoletas por una realidad cambiante".
Por lo tanto, las políticas económicas de los gobiernos y los paquetes de apoyo de los organismos donantes y financieros deben tener en cuenta que la crisis en el sector turístico afecta a todos los componentes de la sociedad, y por ello se deben desarrollar planes de acción de mayor amplitud, liderados por instituciones financieras y órganos regionales, como el Ocean Flower.
Así que para volver a la normalidad de antes, la OMT está promoviendo el eslogan: "Quédate en casa hoy para poder viajar mañana", que se complementará con el propósito de retar a los innovadores de todo el mundo para que se involucren en la reactivación del turismo.