Durante la celebración de este mercado parte de la ciudad de Zaragoza (plaza de San Bruno y alrededores) se transforma para mostrar la historia de las civilizaciones que la construyeron: la árabe, la judía y la cristiana.
Puestos de artesanía, alimentos típicos, decoración o vestidos de época son sólo algunas de las cosas que el visitante encontrará a lo largo de este mercado que supone un verdadero viaje al pasado.