Es una de las fiestas más antiguas de la Península Ibérica.
Se desarrolla junto a la Ermita del Santo Cristo de Quel. Desde ella y en honor a la Virgen María, los miembros de la cofradía de fiestas lanzan pan y queso a todos los que esperan para recogerlo. Se comenzó a celebrar en 1479, a raíz de una epidemia de peste en la que la población del municipio mermó considerablemente.
Posee la peculiaridad de ser una de las fiestas más antiguas de la Península Ibérica con más de 500 años de antigüedad. Además, se encuentra entre las pocas fiestas de España que permiten demostrar su celebración ininterrumpida, desde su fundación hasta la actualidad, a través de diversos documentos y grabados.