Las fiestas en honor al patrón de España y de Galicia viven su momento álgido durante los llamados “Fuegos del Apóstol”, la Ofrenda del Santo y el emocionante acto en que oscila el Botafumeiro de la Catedral.
La aparición de los restos del apóstol Santiago originó la creación de la capital gallega, según cuenta la leyenda. Santiago de Compostela pronto se convertiría en ciudad santa junto con Jerusalén y Roma, y centro de peregrinaciones, dando lugar al Camino de Santiago (Patrimonio de la Humanidad).
El 25 de julio es el Día de Santiago, pero las fiestas empiezan unos diez días antes cuando se presenta un completo programa de exposiciones, representaciones teatrales, espectáculos callejeros y conciertos musicales. A las doce de la mañana del día 24, las campanas de la catedral anuncian lo que ocurrirá esa misma noche. La plaza del Obradoiro se llena de luz y de color en un espectáculo que transporta al visitante a un mundo mágico. Lo más sorprendente son las proyecciones multidimensionales sobre la Catedral, que parece tomar vida. Además, es tradición quemar un castillo pirotécnico que imita la fachada. Danzas regionales y música de gaitas también participan en la fiesta. Conciertos y verbenas llenan todos los rincones de la ciudad para celebrar el Día de Santiago. En la Catedral tiene lugar la Ofrenda al Santo y el Botafumeiro. Se trata de un inmenso incensario que recorre a toda velocidad el crucero menor del templo y lo llena todo de incienso.