La actividad turística está íntimamente ligada a la inversión en educación. Parece que así lo reflejan los países que mas invierten en este rublo.
Está demostrado que en el crecimiento de la actividad turística hay una relación directa entre educación y economía, ya que los países que más destinan de su PIB a la educación, están en la cima del desarrollo económico como ocurre con la mayoría de los países europeos, EEUU., Canadá y algunos del sudeste asiático donde comprobamos que cerca del 10% del mismo va a la educación, mientras que en el resto del mundo como en Argentina, solo destinamos el 3%. Desde hace varias décadas y más aún ahora, después de arreglar una parte de la deuda externa que tanto nos agobia, se impone tomar medidas urgentes para equilibrar la macroeconomía del país, incrementar la inversión privada, organizar el sistema productivo y aumentar la formación del capital humano. Análisis empíricos, demuestran que la relación entre la educación y el crecimiento económico es positiva, directa y mayor en países más desarrollados y con importante inversión en capital humano. Estos estudios realizados sobre 91 países, en un período de 46 años, han demostrado la alta relación existente entre estas dos variables. Otros modelos aplicados para el estudio de esta relación, en 62 países y en un período de 30 años, han establecido por otro lado, que el mejoramiento en los tres niveles educativos (primaria, secundaria y nivel terciario) es significativo para el crecimiento del PIB per cápita en un país. No obstante, en la Argentina, si bien se podría considerar que desde hace más de 50 años (entre 1970 y 2020) existen acciones para con el desarrollo humano, en una mirada desagregada teniendo en cuenta educación y crecimiento económico, el PIB ha tenido un comportamiento errático con resultados magros. Este hecho, ha llevado a que, en los últimos 30 años, el crecimiento económico haya sido muy bajo, los resultados económicos muy volátiles, deteriorando el posicionamiento en relación con otros países de la región. Asimismo, la pobreza se encuentra en un aumento sostenido, con amplias fluctuaciones del PIB per cápita, produciendo un desarrollo económico fragmentado en la sociedad. Por lo que se impone tomar medidas urgentes en cuanto a equilibrar la macroeconomía del país, mejorar la competitividad empresarial, aprovechar las ventajas comparativas de las distintas regiones del país ( en esta dirección en la Comisión de Economía de nuestro Consejo Profesional de Ciencias Económicas de San Juan estamos analizando un proyecto de desarrollo provincial aprovechando las ventajas comparativas de cada departamento a fin de generar valor agregado en nuestra industria derivada de la producción agrícola, ganadera, minera, etc.), incrementar la inversión privada, fortalecer el marco normativo, organizar el sistema productivo y aumentar la formación del capital humano. Sin embargo, cabe a estas alturas, preguntarnos en el contexto de qué modelo político se encuentra sucediendo esta relación entre educación y crecimiento económico en nuestro país y en Latinoamérica. Una gran cantidad de estudiosos, asumen que nos encontramos en un escenario de un modelo, que, entre otras acciones, lleva a la formación de pensamientos y valores homogeneizados y alineados a los centros de poder y a la lógica del capital y movimiento de los mercados. Modelo, que conduce, a profundizar la falta de acceso a la educación, a la reducción del gasto educativo y a la menor inversión en capital humano. Esto no es nuevo ni de los últimos tiempos, dado que hace dos siglos ya le endilgaban a Sarmiento: “¿para qué tantas escuelas si estamos empachados de progreso?”…. ¿Se imaginan San Juan de mediados del 1800 con tanto progreso?, después de tantos avances, hoy nos parece inconcebible. Por todo ello, es perentorio comenzar a hablar de "desarrollo económico'', el cual se encuentra ligado íntimamente con la educación y el crecimiento económico y se concibe como un fenómeno multidisciplinar que relaciona aspectos educativos, sociales, políticos, económicos y culturales.