La ciudad de Logroño rememora anualmente, con sus fiestas patronales, la victoria que tuvo lugar en 1521 ante las tropas del ejército francés, al mando de André de Foix, señor de Asparrot y conde de Foix.
Este acontecimiento se sitúa entre el mito y la realidad. La tradición asegura que el vino guardado en las bodegas, el pan elaborado con el trigo de los graneros y los peces que se pescaban furtivamente fueron los alimentos que permitieron sobrevivir a los logroñeses. Por ello, durante las fiestas, se desarrollan una serie de rituales en homenaje a lo sucedido: en una particular procesión, el alcalde voltea la bandera en los lugares donde se encontraban las puertas de la ciudad; los cañones disparan sus salvas de honor y se realiza una degustación de pan, vino y peces en la puerta del Revellín, construida en el siglo XVI para conmemorar la victoria.
Por Diego Callejón
La belleza se ve desde la mente, asi, cada uno tiene su canon. Buenos días
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