No estamos frente a un "turicidio", estamos frente a la "turisquiebra" o la transformación forzosa y urgente de las agencias y, su operación, de la reducción sustancial de oficinas, de personal, y el crecimiento de la actividad que se ha denominado “Teletrabajo” en las fases que es posible. Parece que estas dos palabras deberán incluirse en el nuevo diccionario turístico ……
Hace cerca de un año (septiembre del 2019), mi amigo Mesalles, publicaba un artículo de opinión titulado “Thomas Cook y su turicidio” en el que comentaba el reciente “turicidio” (de aquel momento) de una de las mayores agencias y operadoras de viajes en el mundo: “Thomas Cook”. -Artículo que reproduzco al pie-.
Desde marzo 2020, la actividad turística ha recibido otro golpe, el de la pandemia que todos identificamos y sufrimos, ya la que apenas conocemos sus inicios, y tampoco perfilamos su finalización; en el mejor de los casos, habrán sido 3 o 4 meses de paralización total y entre 6 meses a 1 año de afectación directa, a la que seguirán prevenciones latentes, rebrotes y quien sabe que más hasta el poder llegar a la normalidad, si esta llega a la operación de las agencias de viaje y otros actores de la actividad
Con toda seguridad, el sector turístico, servicios y productos, sufrirá una reestructuración en la comunicación, oferta de servicios, reservas, contratación, incluso del turismo en sí.
La tecnología informática y la prevención sanitaria, se incorporará a toda ella, diría que incluso se convertirá en la herramienta "protagonista" de este futuro turístico, cambiando todo aquello que hasta ahora eran las formas habituales. ¿El turismo tal como lo conocemos, dejara paso al turismo virtual? , personalmente no lo creo.
La operación turística, las agencias de viajes, no se puede esperar a mañana, ayer, especialmente "hoy", deben trabajar para superar y subsistir a los cambios inmediatos y radicales que requieren la humanidad. Buena suerte !!
Imagen: Franck-v- / unsplash
Miércoles, 25 de Septiembre de 2019
THOMAS COOK Y SU TURICIDIO
Autor: Lluis Mesalles
Todo el sector se pregunta, ¿cómo ha podido ser? La empresa Thomas Cook, tradicional y con una importantísima presencia en todos los mercados turísticos del mundo, ha sucumbido por importantes deficiencias de liquidez. Fueron casi con toda seguridad, los inventores del turismo, de la agencia de viajes, facilitadora de experiencias interesantes y atractivas. Crearon, en mi opinión, la necesidad de viajar, de nuevas experiencias. Pero, no percibieron con suficiente anticipación los cambios que en el mundo ocurren. Insistieron en un modelo de agencia tradicional, que se está viendo sobrepasada por el mundo digital con sus inmensas posibilidades.
Desarrollaron una base de millones de clientes satisfechos, que reservaban sus vacaciones, y las pagaban por adelantado. Estos pagos anticipados, financiados o no, deberían permitir una liquidez asegurada para la empresa, que pagaba a sus proveedores después del regreso del viajero. Una diferencia de varias semanas entre cobros y pagos. Resulta incomprensible como esta enorme liquidez no fue suficiente para la supervivencia de la empresa. Algo no se advirtió a tiempo, no se percibieron los cambios en la sociedad, o no se gestionó todo de forma responsable.
Al abrigo del éxito y crecimiento continuado, la empresa creó su propia aerolínea, compró hoteles en todo el mundo, abrió cientos de oficinas en muchos lugares, e incluso asumió agencias importantes en otros países emisores, Alemania y Dinamarca, por ejemplo. En un mercado tan competitivo como el vacacional, tuvieron que bajar precios, hacer ofertas, para mantener la maquinaria en movimiento, esperando que eliminando competidores podrían hacerse dueños del mercado. Camino seguro al suicidio económico, al turicidio.
Después de tener largas y duras conversaciones con sus acreedores, han tirado la toalla, y dejan el problema a resolver en manos de otros. Los turistas británicos en viaje están siendo repatriados a cargo del gobierno británico, que tiene previsto un fondo para esa contingencia, pero los de otros países tendrán que contactar a sus gobiernos o asumir personalmente el gasto. Ahora quedan por resolver las facturas pendientes con los hoteles y transportistas, los contratos a futuro que no podrán cumplirse, la situación de los miles de empleados en todo el mundo que tendrán que buscarse otro empleo. La Asociación de aerolíneas ha anunciado que tratará de reubicar a todos los pilotos y auxiliares en otras compañías.
En el horizonte, asoman los pícaros ojos de oportunistas, que aprovecharán el desorden para hacerse con propiedades y mercados enteros a precios de liquidación.